Quien recorra la Ciudadela, bien por su interior como por el exterior, podrá darse cuenta que, al menos esa es la sensación, existe una serie de detalles para considerar que su rehabilitación pueda ser completa. Nadie se explica por qué no se completó, en su momento, adoquinar todos los espacios peatonales del interior de la fortificación. ¿Fue la falta de adoquines? ¿O existen otras razones? Sea cual se al motivación, no parece muy razonable ya que son los espacios más apartados de lo que se supone es el centro del parque, quedando, además, tapados por los diferentes edificios. ¿No resulta llamativo?
A lo largo de todo el recinto amurallado pamplonés, desde el Labrit hasta el conjunto de la Ciudadela, existen alrededor de una decena, más o menos, de garitas que servían, en su momento, como puntos de vigilancia. Pues bien, todas exhiben su estructura completa. Todas menos las que configuran el entorno de la Ciudadela que se encuentran desmochadas por la mitad. ¿Qué explicación pueden dar los técnicos o desde el área correspondiente del Ayuntamiento? ¿Faltó la piedra cuando se consolidó esa parte de la muralla y después se les olvidó cerrarlas? El ciudadano de a pie no entiende muy bien qué razones han llevado a dejarlas en ese estado cuando, en el resto del entorno amurallado, se muestran completas, erguidas, ostentando una excelente imagen, llamativa en la media distancia y mejorando la estampa de toda la muralla, su sobriedad, su empaque defensivo. Conservarlo todo ello lo más cerca de su entorno anterior, cuando su validez se encontraba intacta. No estaría de más que estas garitas se cerrasen, se completasen y hubiera, en este sentido, una unión en su totalidad. Como detalle muy significativo podemos comprobar cómo, cuando se ha fotografiado o mostrado en cualquier formato audiovisual estos puestos de vigilancia, siempre aparecen enteros, es decir, los de la parte del Redín. ¿No es curioso sin embargo que los de la fortificación de la vuelta del Castillo nunca lo hacen, al menos en primer plano? Lo cual viene a incidir que algo falla. ¿Tan difícil y caro es cerrar dichas garitas? ¡Aún en tiempos de crisis se puede hacer ese gasto!
¿Y qué decir de las poternas? Probablemente sea la edificación peor cuidada, más abandonada, la humedad y su continuo deterioro por la escasa atención que recibe por parte de los responsables hace que su maltrecho estado se agudice conforme el tiempo pasa. Y los responsables no muestran ningún tipo de interés en solucionarlo.
Resulta evidente que cuanto más tiempo pase, mayor ha de ser su estropicio y, por pura lógica, superior el gasto económico a desembolsar. En estos momentos, cuando se habla de montar un bar en uno de los edificios existentes -con la intención de dar una mayor movilidad a la Ciudadela-, no estaría de más el plantearse la recuperación de semejante zona. Y en contra del pensamiento de algunos, ideas para dar salida y movilidad a esta docena de locales existen, y? bastantes. Todo es cuestión de querer dar una salida a este conjunto de bajeras, aunque haya que gastarse un buen número de euros en su rehabilitación y, por supuesto, a pesar de la crisis.
Por último, hay que reconocer que recorrer los fosos en su totalidad es un bonito paseo y que supone una visión de la Ciudadela desde otra perspectiva, de distinta manera a la que supone hacerlo a través de su interior, en definitiva, desde arriba, sin embargo algunas voces sugieren algo muy sencillo, ¿por qué no se tapa la canaleta que corre junto al paseo? Existe el peligro de que algún chiquillo o adulto, por descuido o cualquier causa, termine cayendo en dicha canaleta. Cierto que no es habitual dicho percance, pero puede ocurrir. ¿No es mejor poner el remedio antes que ocurra algún percance?
Como remate, a los responsables de jardines y parques, ¿por qué no cuidan un poco mejor la zona verde de los fosos? Su estado no está en las condiciones que mereciera estar. No se puede acabar sin señalar que, periódicamente, debieran limpiar los distintos paños, llenos de hierbajos y pequeñas raíces que ensucian las diferentes paredes. Como prueba solo hay que ver la zona que da a la avenida del Ejército.