2014: annus ciclorribilis
Estamos en fechas de balance del año vencido, y este no puede ser más desolador para la seguridad vial ciclista en Navarra. En términos generales, 44 personas han perdido este año la vida en las carreteras navarras, 13 más que en 2013. De esos 44 muertos, 5 eran ciclistas, los mismos que la suma de los anteriores 5 años juntos, constituyendo un 14% del total de víctimas mortales de 2014.
Estos datos constatan que en la cuna de Miguel Induráin cada día es más peligroso practicar ciclismo. Entre otras cosas por la nula toma en consideración del colectivo ciclista por parte del Gobierno de Navarra, que se hace patente en cada carretera que frecuentan los aficionados a este noble deporte. Basta pasearse por las carreteras más populares para los cicloturistas como la N-135 (Zubiri), N-121A (Ostiz), NA-411 (Ultzama), NA-700 (Etxauri), NA-7010 (Asiáin) o NA-150 (Urroz), entre muchas otras, en las que encontraremos arcenes sucios, adelantamientos imprudentes a ciclistas, ausencia de señalización de presencia de ciclistas, asfalto en mal estado en los arcenes y, sobre todo, muchos ciclistas jugándose el tipo. Sólo 2 de estas carreteras más populares advierten a los conductores de la presencia de ciclistas en la calzada. En el resto, y a pesar de ser muy frecuentadas, todo es como en una carretera normal: misma velocidad, misma señalización y mismos peligros. El caso más bochornoso lo constituye la N-135, carretera del Camino de Santiago, la más popular entre los ciclistas de la Cuenca de Pamplona. En esta carretera la señalización la ha colocado la asociación Ponle Freno, ¡con sede nada menos que en Madrid!, que recogió las sugerencias de los ciclistas navarros, no respondidas por Gobierno de Navarra, y movió ficha. Nuestro Gobierno ha sido incapaz de acometer esta acción por iniciativa propia, a pesar de los miles de peregrinos y cicloperegrinos que transitan por esta carretera cada año, sumados a los miles de ciclistas diarios de la Comarca. Como contraste y muestra de la consideración que tienen al colectivo ciclista, esta carretera sí que cuenta desde hace años con señalización especialmente llamativa en amarillo fosforito e iluminada, advirtiendo de presencia de fauna salvaje. Ya se sabe que en caso de accidente con un animal salvaje suelto hasta hace poco el que se hacía cargo de los daños era el propio Gobierno Foral, y ahí sí que le interesaba señalizar en condiciones para reducir accidentes (e indemnizaciones...). ¿Se tiene en más consideración a un jabalí que a un ciclista en nuestras carreteras..? Juzguen ustedes mismos.
Nuestros vecinos del noroeste, de gran afición a las dos ruedas también, tienen desde hace años muchas de las carreteras más ciclistas señalizadas de manera especial los fines de semana. En estas carreteras la velocidad está limitada a 50Km/h los fines de semana, mediante señalización masiva. Un pequeño gesto de cortesía hacia los más vulnerables de la carretera que se agradece y que brilla por su ausencia en nuestras forales carreteras.
Curiosamente, el balance de 2014 en Navarra contrasta (a priori) con el de Pamplona, donde se revela que los accidentes en general han disminuido. Esta buena noticia esconde una incógnita sin desvelar: ¿qué ocurre con los accidentes de ciclistas? Nada se habla al respecto. No se tienen datos actualizados desde agosto de 2013, y los que se manejaban hasta entonces marcaban una tendencia nada despreciable: los accidentes en los que están involucrados ciclistas en Pamplona, lejos de disminuir, siguen al alza. Estos accidentes abarcan caídas, atropellos por vehículos a motor y atropellos a peatones. ¿Qué intereses se esconden tras la ocultación de los datos asociados a las bicicletas? Uno empieza a pensar que las cifras de accidentes con ciclistas son tan escandalosas que se quieren tapar para que no trasciendan. Porque reconocer que se tiene un grave problema con las bicicletas en Pamplona en forma de accidentes es reconocer también el fracaso y la incompetencia de los responsables para solucionarlo. Responsables que llevan años desoyendo las críticas y sugerencias que se lanzan desde los colectivos ciclistas y expertos en la materia, que incansablemente luchan por aumentar la seguridad vial ciclista en la ciudad, con pocos resultados hasta el momento. Por otro lado, la carencia de infraestructuras de calidad para ciclistas en la ciudad, el estado de abandono intencionado de las existentes, las graves deficiencias de señalización de los pasos ciclistas, la falta de conexión de las vías ciclistas y la configuración como auténticas autopistas urbanas de muchas de las principales calles y avenidas de nuestra urbe, unido a la falta de apoyo en general del Gobierno municipal a la movilidad en bicicleta, ha forzado a los ciclistas urbanos de Pamplona a optar, atenazados por el miedo, por desplazarse por las aceras. Esto ha conllevado un grave problema añadido de convivencia con los peatones, que ven amenazado su espacio seguro y una inercia por descartar la calzada entre los ciclistas urbanos que va a costar mucho subvertir.
Esta situación en la capital está muy lejos de mejorar mientras se sigan haciendo las cosas de la misma manera que hasta ahora. Ha quedado demostrado que las políticas desarrolladas por el Gobierno municipal en materia de ciclismo urbano (si es que alguna vez han existido) han sido un tremendo fracaso. No se ha sabido gestionar el boom de la bicicleta como transporte urbano, no se han creado infraestructuras de calidad, útiles y que unan puntos de interés en la ciudad, ni se han tomado en serio a las bicicletas como medio de transporte alternativo. Todo responsable ha mirado hacia otro lado, bien por incompetencia, bien por desprecio y ahora pagamos las consecuencias. Cada día más personas se mueven en bici por Pamplona, niños, jóvenes, abuelos, y cada día más sufren percances en sus desplazamientos diarios por la ciudad. Es cuestión de tiempo que tengamos que decorar una calle de la ciudad con una bicicleta blanca, símbolo del fracaso, la indignación y la muerte de otro ciclista en ese lugar.
Que los responsables de la seguridad vial se conformen con descargar toda la responsabilidad de los accidentes en las imprudencias, distracciones o excesos de velocidad de los conductores es ver solamente una de las caras de la moneda. Sigue habiendo mucho trabajo público por hacer con la circulación a motor, y especialmente con la circulación en bicicleta, que se ha cobrado nada menos que 5 vidas en nuestra comunidad este pasado año. Ese trabajo pasa por garantizar la seguridad en nuestras carreteras, tanto para vehículos a motor como para bicicletas, con vías en mejor estado, arcenes en condiciones, señalización y velocidad adecuadas al uso de las carreteras y control y denuncia de aquellos que no entiendan que en la carretera convivimos todos, y que todos tenemos derecho a circular con seguridad. Por el momento el trabajo relacionado con el ciclismo en ruta sigue todavía pendiente de acometerse con decisión.
En el caso de Pamplona el trabajo es mucho mayor. La solución a los problemas del ciclismo urbano no pasa única y exclusivamente por “echar a las bicis de las aceras con medidas drásticas” como afirmó en octubre el alcalde en la radio. Este comentario, pues ni siquiera parece llevar detrás ninguna propuesta o plan de acción, visto el tiempo que ha pasado desde que lo dijo en el que todo sigue igual, suena más a búsqueda de un puñado de votos entre el colectivo de peatones de avanzada edad que otra cosa. Y es otra muestra del fracaso del primer edil, como responsable último, en la gestión de la movilidad ciclista de la ciudad. Ya le anticipo al alcalde que realizar sólo esta medida fracasará, que los accidentes, las quejas y los problemas con las bicis seguirán aumentando en la ciudad a la par que los usuarios de las bicicletas. La bicicleta ha llegado para quedarse, sólo falta que el alcalde se dé cuenta y empiece a mirar a su alrededor para copiar lo que sí funciona en otros sitios. Descubrirá que no hace falta irse a Holanda para ver ciudades más ciclistas. San Sebastián, Vitoria o Zaragoza lo llevan siendo más y mejor que Pamplona desde hace ya tiempo. Pero para eso hay que creer en la bicicleta como un medio de transporte mejor para nuestra ciudad. Y ahí radica el problema de todo, y a la vez parte de la solución.
El autor es responsable de SabesDondeCiclas.com Policía Municipal de Pamplona