El objeto de la reforma del mapa local, que debe llevar dando vueltas muchos años sin llegar a concretar nada, siempre ha sido intentar agrupar las gestiones de las numerosas poblaciones que contempla Navarra -muchas de ellas con poblaciones muy reducidas- en entes con mayor capacidad de gestión. Nadie, creo, se ha opuesto nunca a ello. Es más, se han ido creando mancomunidades en diversos ámbitos poblacionales para la gestión de distintos servicios. Mancomunidades (65) que se pretenden, con el presente planeamiento, reducir a 13 comarcas, para que ninguna población de Navarra quede sin servicios básicos y, además, -indican- gestionados de modo eficiente y con la máxima calidad.

En principio, de acuerdo con ese propósito sobre el papel. Máxime si -siendo beneficiario de los servicios prestados por una mancomunidad actual, como es MCP a través de su entidad de gestión (SCPSA)- procedes de pueblos de la zona de la Ribera del Arga-Aragón, por ejemplo, que con poblaciones superiores a los 2.000 habitantes no tienen servicios básicos de calidad, y bien gestionados, como puede ser, por ejemplo, el abastecimiento de agua. Calidad y prestaciones que tienen entidades poblacionales de menos de 50 habitantes en la MCP y con las cuales han conseguido desarrollarse urbanísticamente. Sobre todo si uno lee los cuatro principios en que se basa el Informe sobre la reforma de la Administración local de Navarra que se acaba de hacer público: Cohesión territorial y social (evitar desequilibrios), Autonomía a través de la oportuna Suficiencia financiera, Eficiencia en la prestación de los servicios y Subsidiariedad (“cada servicio prestado por la institución más cercana”, “siempre que garantice su adecuada prestación”, “siempre que se haga con eficacia y eficiencia”).

Una vez asumidos estos propósitos de buena voluntad, empiezo a encontrar cosas muy chocantes como: “Se ha visto procedente una reordenación profunda del escalón correspondiente a mancomunidades y otras agrupaciones supramunicipales debido, entre otras cosas, a las carencias organizativas demostradas por algunas y el excesivo número resultante, lo que ha generado situaciones límite en algunos casos”. Y uno intenta creer, como trabajador de la principal Mancomunidad en Navarra, que no puede estar hablando de algunas con un amplio espectro de gestión eficiente y de calidad demostrada durante muchos años. Hasta que, finalmente, observa el texto, en su página 12, indicando la “desaparición de las mancomunidades de servicios vigentes en la actualidad e imposibilidad de creación de otras nuevas”, para crear las nuevas comarcas. Alucinando literalmente, pues está metiendo en el mismo saco a la MCP-SCPSA (referente a nivel nacional), inspecciono el mapa de las nuevas comarcas propuestas y se me cae el alma a los pies. Efectivamente, van a desmembrar la MCP. Y no lo entiendo, pues cumple sobradamente con los cuatro principios de base, incluido el último -subsidiariedad-, ya que aunque para zonas actuales de MCP pueda haber comarcas de nuevo cuño más cercanas (no tengo nada claro ese concepto a la vista de algunas de las comarcas propuestas), estas nuevas nunca darán un servicio de la eficiencia y calidad como el prestado actualmente por la MCP. Y es así. Ya veremos la opinión de las poblaciones que actualmente están en el ámbito de MCP cuando se vean fuera de su gestión. Al tiempo.

No solamente es el desmembramiento de MCP, sino las incongruencias de gestión técnica que se observan (digo incongruencias, ya que el informe no indica nada respecto a cómo lo van a solucionar; lo que no sé es, y me entran muchas dudas, si esa ausencia de información no es fruto de una intención). Como técnico con amplia experiencia (30 años en mantenimiento y explotación de redes), veo “disposiciones geográficas de gestión” que no puedo asimilar. Se indica que es un trabajo/estudio realizado durante casi un año, con la intervención de un gran número de personas expertas (“más de cuarenta”). Pero en ningún momento se da información de detalle de esos expertos. Para mí ese listado es básico para entender lo que veo; y no creo que deba ser secreto. No planteo dudas, ni críticas sobre la competencia de esos expertos en sus campos respectivos. Lo que no acierto a ver es la mano de profesionales expertos en lo que supone un CIA (Ciclo Integral del Agua). Y no la veo porque es chocante que la principal comarca (AM Pamplona), con más de la mitad de la población de toda Navarra, se quede con las tres fuentes principales de suministro (ETAP Urtasun-agua embalse Eugui, manantial Arteta-ETAP Eguillor y canal Navarra-ETAP Tiebas) fuera de su ámbito de competencia. Del mismo modo, las tuberías de suministro general en alta, en buena parte de sus recorridos, que desde estas estaciones de tratamiento de agua aportan a sus líneas perimetrales y arterias urbanas y a sus depósitos de regulación y distribución. Por otro lado, zonas que pasan a otras comarcas (por poner algún ejemplo, la zona del Perdón y la de Monreal), son dependientes de bombeos y depósitos que seguirán integrados en la nueva comarca de Pamplona. No me quiero extender en ejemplos. Hay muchos.

Esta disposición solo podría entenderla (que no quiere decir compartirla) desde el punto de vista que se vaya a establecer (de ahí lo de fruto de una intención) una entidad/empresa -que sólo puede devenir de disposiciones de Gobierno- que gestione el suministro en alta (hacerse cargo de todas las infraestructuras, incluido el personal actual de la actual MCP, de captaciones, tratamientos y líneas en alta). Al margen de que esta entidad necesitará suplementos de personal, o subrogar de los actuales de la MCP -que se barajasen subcontrataciones sería muy chocante- para la gestión eficiente del necesario servicio de mantenimiento, control y facturación a las comarcas clientes. Es una pena que no les hubiera venido la inspiración cuando se hizo el embalse de Itoiz para haber establecido esa entidad empresarial a través de una planta en cabecera que hubiese suministrado en todo su recorrido a depósitos, a través de tubería (agua a presión), evitando la construcción de algunas ETAP,s (Estaciones de Tratamiento de Agua Potable) y las que se van a construir ahora, seguramente, con estas comarcas.

Imagino que en algún momento alguien explicará esta situación. Mientras lo aclaran, no me cabe ninguna duda respecto a que se aprovecha esta cuestión para finiquitar (a la joven edad de 35 años) algo que molesta. Y dado lo que va a suponer en costes y perjuicios a muchas poblaciones, alguien tendría que explicarlo con luces y taquígrafos. Máxime con el claro perjuicio al personal actual de SCPSA (empresa de contratados laborales fijos) que -salvo que me corrijan-, verá mermado su sueldo (el informe habla de garantía de puestos y mismo nivel laboral; no hablan de garantizar los sueldos actuales), e incluso puede quedar subrogado a otras posibles comarcas anexas para compensar plantillas de acuerdo a las nuevas competencias. Y no se observan defensas firmes de esta empresa. Y sorprende en gran medida. Si es que nos puede llegar a sorprender algo a estas alturas.

El autor es ingeniero técnico industrial