i amiga Ana Unanue además de periodista y profesora es atómica. Nos contó que estaba harta de oír el mensaje del chatarrero que pasaba por su barrio: "¡Señora!... recogemos sus trastos... ¡Señora!...televisiones, cazuelas, bañeras... ¡Señora!..." y un día bajó a la calle y le preguntó enérgicamente por qué siempre se dirigía sólo a las mujeres. El chatarrero le dijo que la grabación estaba así y que no tenía modo de cambiarla. Ana se fue echando humo por las orejas, pero luego ya en calma y, como persona positiva y coherente que es, pensó que le había echado el rapapolvo al pobre hombre, pero sin solucionar nada, así que cuando lo volvió a ver le hizo una propuesta: "Tengo unos amigos que trabajan en una radio. ¿Estarías dispuesto a grabar el mensaje de modo inclusivo, tratando igual a mujeres y hombres? ¿Y te gustaría grabarlo también en euskera?" Sí y sí fueron las respuestas del chatarrero. Una tarde vinieron a Euskalerria Irratia, rehicimos los textos a seis manos y grabamos los mensajes en bucle y con música y todo con la ayuda de Amaia, la genial técnica de sonido. La versión en castellano en la voz del propio Estanis, el chatarrero, y la versión en euskera en la de una servidora.

Estanis Jiménez se fue contento y agradecido. No sabía cómo dar las gracias mientras nosotras le repetíamos que es él quien se merece un aplauso bien grande por dar este doble paso hacia adelante. Son pequeñas acciones que contribuyen a mejorar un poquito el mundo.

Ayer vi en Twitter que el Observatorio de Derechos Lingüísticos le trasladaba la felicitación que les había enviado un ciudadano y que Estanis se había vuelto a emocionar.