levo muchos años en el activismo antirracista y, en mi opinión, negociar el apoyo a una ley a cambio de no reprobar a un alcalde por sus declaraciones racistas y xenófobas, es también racismo y xenofobia.

El alcalde de Iruñea, de Navarra Suma, hace unas declaraciones racistas y xenófobas, así lo reconocen todos los partidos de la oposición, incluido el PSN, que plantean su reprobación. Mientras tanto, el Gobierno del Estado, formado por PSOE y Podemos, trata de sacar adelante la reforma laboral, una medida supuestamente progresista (no entro a valorarlo), pero que no cuenta con el apoyo de otros grupos de izquierda, con lo que su aprobación peligra. Aunque luego pasó lo que pasó, se negocia el apoyo a esa ley a cambio del apoyo a unas declaraciones racistas. Apoyo o no reprobación, personalmente no encuentro diferencia. Si fue el Gobierno o el PSOE quien negoció no lo sé; lo que sí sé es que se ha mercadeado con el racismo y que el Gobierno está formado por dos partidos y que ni uno ni otro se ha posicionado en contra de ese trueque.

Mientras, los partidos, las ideas o las declaraciones de extrema derecha se expanden y nadie sabe porqué. En el debate por las declaraciones racistas y xenófobas de Maya se han citado los nombres de Maroto, exalcalde de Gasteiz, y de Albiol, exalcalde de Badalona, ambos del PP. Ellos también, ya hace unos años, hicieron campañas xenófobas en busca de votos. Tras estos hechos, en la elecciones municipales de 2015 el Partido Popular se hundió, bajando en votos en todos los ayuntamientos menos en dos: el de Gasteiz y el de Badalona. Pero ni Maroto ni Albiol fueron elegidos alcaldes; el resto de partidos de la oposición lo impidió. Si bien es cierto, todo no fue un camino de rosas, ya que también hubo partidos que intentaron mercadear con el racismo (como en Gasteiz, que por proximidad lo recuerdo bien). No obstante, y a pesar de todo, los partidos que no eran el Partido Popular lanzaron un claro mensaje a la sociedad: “Fuera el racismo de las instituciones”.

En el actual caso de Iruña, esto no ha sido así. No se trata de reprobar a un alcalde que ha dicho lo que ha dicho y que siga en su puesto, se trata de que ni un día más siga siendo alcalde; se trata de presentar una moción de censura para destituirlo. Como he dicho anteriormente, se trata de lanzar un claro mensaje a la sociedad: no todo vale, el racismo no puede estar presente en las instituciones.

Esto es lo que pensaba antes del mercadeo. Lo que pienso ahora es que la situación es mucho más preocupante de lo que creía; porque grave es que el representante de una institución haga declaraciones racistas, pero que quien se supone que tiene que hacerle frente, que cortar de raíz esas posturas, se dedique a negociar apoyos o reprobaciones a cambio de es mucho más grave, porque así es como se imponen las ideas y la forma de hacer de la extrema derecha. Sacar rédito político del racismo, de la xenofobia, del machismo o la homofobia es el modus operandi de los partidos y de la ideología de la extrema derecha. ¿Qué es lo que se ha hecho en el caso de Iruñea? Se lo dejo a ustedes, a los y las que lo han hecho, que respondan.

Como activista, tengo la suerte de participar en el movimiento antirracista de Nafarroa. Un movimiento, unas organizaciones a las que veo con fuerza, con gran influencia social y sin miedo a ponerse enfrente de nadie; porque sabemos que en esta lucha el único aliado, la única aliada posible es la antirracista.

*El autor es activista de SOS Racismo Nafarroa