especto al intento de fraude del cartel de Sanfermines me interesa saber quién lo ha cometido, a qué obra pretendía favorecer y por qué razón uno se mete en un berenjenal del que saldrá señalado de por vida si su identidad se hace pública. Imagino que una vez decides manipular una elección -y de paso cabrear a la ciudad en uno de sus sacrosantos ritos presanfermineros-, al menos, debieras hacerlo bien y no amontonando falsas votaciones en un breve espacio de tiempo, todas con un apellido y en orden alfabético. Por lo que dicen, además de un presunto delito -que ya veremos-, la cosa ha sido una chapuza que sólo un inconsciente o un sobrado pudo creer que saldría bien. De todas formas, en este tema hay otras esquinas bastante más serias. ¿Cuántas personas disponen de listados con nombres, apellidos y documentos de identidad? Seguro que estas listas se guardan en oficinas y sedes, pero pensar que un pelagatos con contactos toma mis datos y hace con ellos lo que le plazca, me pone a mil. Un último elemento que lleva a la preocupación nace del poco gusto por la participación social y ciudadana que este ayuntamiento exhibe. Sólo faltaba un intento de fraude para volver a los viejos tiempos en los que los expertos nos elegían cartel en tanto que nosotros ni gusto ni entendimiento.