IMPOSTURA - Leo y escucho en varios sitios que el Congreso de los Diputados ha dado el primer paso hacia la abolición (en algunos casos, la palabra usada es prohibición) de la prostitución. Se ve que hay ganas de correr. De momento, lo que ha ocurrido es que se ha tomado en consideración el debate de la propuesta del grupo socialista de reformar el código penal para perseguir penalmente a los proxenetas, dueños de locales y, quizá, a los usuarios, es decir, a los puteros. Lo siguiente será constituir una ponencia para dar forma legalmente articulada a la propuesta. Y eso no va a ser nada fácil, como ponen de manifiesto las extrañas combinaciones que se dieron el martes respecto a la iniciativa. La primera sorpresa es que el PP estuvo en el sí, junto al propio PSOE y la mayoría de Unidas Podemos. En contra se pronunciaron, entre otros, ERC y la CUP, con duros discursos sobre el menoscabo a la libertad de las mujeres. Casi más llamativo fue ver absteniéndose juntos a PNV, EH Bildu y Vox.

¿PROHIBIR EL PORNO? - La conclusión evidente es que nadie tiene claro cómo abordar el asunto. Las y los portavoces de prácticamente todas las formaciones mostraron su enorme desconcierto trufado de escepticismo. No es para menos. Desde que el grupo mayoritario del Gobierno español quiso poner su pica en Flandes en este asunto para que sus socios no le comieran la tostada en la vanguardia de la lucha por la igualdad, no ha habido forma de enterarse de lo que se proponía realmente. Recuerden que en el cajón de sastre se llegó a incluir, como medida revolucionaria del copón, la prohibición de la pornografía para pasmo y vergüenza de quienes saben que en un mundo globalizado sencillamente no es posible. Por no hablar del tufillo a sacristía rancia de venir ahora con esas.

EXPLOTACIÓN - Añádase a toda esta pirotecnia destinada a quedar en nada que bastante de lo presuntamente buscado ya se contempla en otras dos leyes teóricamente a punto de caramelo, la del "solo sí es sí" y la ley integral de trata, que es la menos conocida pero la más interesante. De hecho, es por donde se debería haber empezado a construir la casa. Porque en un mundo ideal quizá fuera maravilloso que nadie tuviera que alquilar su cuerpo, pero en este en el que estamos, jodidamente real, hay urgencias infinitamente mayores, como erradicar la explotación (a veces, directamente esclavitud) sexual. Empiecen persiguiendo de verdad esa sangrante tropelía, que se practica a la vista de todo el mundo, y cuando hayan obtenido los frutos deseados, pónganse con lo demás.