De todos los consejeros y consejeras del Gobierno de Navarra que estaban sentados al lado de Miguel Sanz cuando en 2008 el Gobierno a través de la sociedad pública SPRIN pasó de tener el 45% del Circuito de los Arcos a tener el 95% el único que queda en sede parlamentaria es don Carlos Pérez Nievas. Ese día de 2008, Navarra asumió un nuevo mazo de millones de euros a los muchos que ya había asumido haciéndose en 2007 con el 45%, cuando inicialmente la obra era una cosa de Construcciones Samaniego con 6 millones de inversión. Ese día de 2008, con Carlos Pérez Nievas en la mesa gubernamental, se dio el visto bueno a que de algo que era una iniciativa privada al 100% en apenas año y medio se hubiese pasado a una aventura pública al 95% de varias decenas de millones de euros en la frontera con La Rioja. Desde entonces, el puerro que para Navarra ha supuesto el circuito alcanza casi los 70 millones de euros. Hace poco se vendió el circuito por 7 y Carlos Pérez Nievas, ahora en Navarra Suma cuando antes estaba en CDN –en 2008, me refiero–, comentó ayer en la comparecencia de la consejera de Deporte que el circuito había sido “regalado” a una empresa privada –se refiere a la compradora, con cuyos siete millones se paga la deuda que queda por amortizar y quedan 1,2 millones–. Lógicamente, desconozco por completo el mercado de gestores de circuitos de velocidad –igual que Pérez Nievas– pero no estaría de más que él recordase que aquí lo único que se regaló fueron buenos millones de euros a Samaniego por la construcción del circuito, ya que sin concurso público ni nada similar entre 2007 y 2008 pasó de único accionista a accionista minoritario pero constructor –y cobrador– de las obras gracias a la entente UPN-CDN, que era la que gestó el atracó a las arcas navarras. Con Pérez Nievas en la mesa. ¿No tenía Navarra Suma a otro que llevar a la comparecencia de Esnaola?
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