No me gusta el fútbol. No tengo paciencia para ver los partidos. Sería diferente si pudiera jugar yo, acaso. Quizás. Pero no me molesta que a la gente le guste. Es bonito ver cómo sufren y disfrutan los aficionados. Es más, el martes incluso puse la radio para escuchar el partido de Osasuna, pero visto que nada más empezar yo a oír la retransmisión el Athletic marcaba un gol, apagué la radio inmediatamente, no fuese yo a ser gafe o algo así. No quiero perjudicar a nadie. Es bonito que la gente tenga alguna ilusión y emociones. Es más, Osasuna tiene muchas cosas buenas. De hecho Osasuna, los Sanfermines y poco más es lo único en lo que estamos de acuerdo gran parte de la ciudadanía. Y me parece muy interesante también el trabajo que está haciendo el entrenador. No tengo ni idea de este deporte y me da igual si su estrategia en defensa o en ataque es la correcta o bla, bla, bla. Me refiero a que de verdad da la sensación de ser una persona centrada, que sabe hacer equipo y transmitir todos los valores positivos del deporte. Un tipo sencillo y cabal. De los que dan buenos consejos a los chavales de las plantilla para que sean buenos jugadores en el campo y buena gente en la vida.

Además me parece entrañable su manera de celebrar las victorias con versos, como se ha hecho desde antiguo por aquí. Es una reivindicación natural y maravillosa del euskera. Como decían ayer en Euskalerria Irratia, Jagoba Arrasate con sus versos y su buena disponibilidad para atender en euskera a medios, aficionados y diferentes iniciativas sociales, está haciendo más por el euskera en Navarra que muchas campañas oficiales.

Gora Osasuna eta gora Arrasate!