El 24 de febrero comenzó la invasión rusa de Ucrania que acaparó el foco de atención de todas las agendas políticas, mediáticas y humanitarias. El impacto de las imágenes de ciudades masacradas, bombardeos rusos, mujeres y niños que emigraban solos y jóvenes ucranianos que se marchan al frente nos conmovió de tal manera que hizo que otros conflictos se diluyeran en la niebla. La pregunta es: ¿seguirá siendo así dentro de un tiempo? La solidaridad que ha mostrado la sociedad europea para con los ucranianos es encomiable pero no podemos olvidar que en el planeta persisten hasta 32 enfrentamientos armados, además de hambrunas y problemas migratorios. 235 millones de personas necesitaron ayuda humanitaria y protección en 2022. Ya nadie se acuerda de la crisis de Siria en 2021. Por no hablar de las sequías, guerras, conflictos y hambre en el Sahel, Yemen, Congo.... O de Líbano, Panama, Haití... Yolanda Andueza, de ACNUR, aseguraba ayer que las crisis menos mediáticas son las más necesitadas. Fundación Caja Navarra acaba de presentar los tres proyectos de su Fondo de Crisis Olvidadas, crisis humanitarias severas que no cuentan con el apoyo gubernamental ni la atención social necesaria: Apoyo a la población palestina en Gaza y Cisjordania (Manos Unidas), a menores reclutados por grupos armados en la República Centroafricana (UNICEF) y a supervivientes de violencia de género en Colombia (ACNUR). Ojos que ven, corazones que sienten. Conflictos con rostros humanos con ONGS detrás que necesitan del apoyo de entidades, instituciones y de nuestra propia solidaridad.