En Pamplona había un instituto femenino (Príncipe de Viana) junto a otro masculino (Ximenez de Rada), en 1984 se convirtieron en centros mixtos y no fue hasta 1995 cuando se derribó el muro que separaba el patio entre ambos y se produjo la reunificación en el IES Plaza de la Cruz. Miles de nosotros estudiamos la secundaria separados por sexos y con aquel ridículo murete entre chicas y chicos para que ni nos tocáramos ni nos mirásemos. La cuestión es que éramos tantos que resultaba imposible meternos en el patio, por lo que el recreo siempre se hacía en la citada plaza donde, allá sí, nos mezclábamos. A eso voy, a aquel recuerdo vivo de la Plaza de la Cruz y sus cuadrillas, sentadas y medio colgadas de los respaldos de los bancos, bajo una de las sombras más frescas de la ciudad, pelando la pava… y ahora me entero que vecinos, comerciantes y estudiantes se han manifestado contra el aparcamiento subterráneo que el Consistorio pretende construir y temen por el futuro de su fantástico arbolado. No entienden las prisas que le ha entrado al Ayuntamiento y, hasta que se renueve la Corporación, exigen la paralización de un proyecto del que desconocen demasiado. Todo parece muy raro. Lo fue la educación segregada que recibimos y lo es el secretismo de este proyecto urbanístico.