Suele decirse, y con razón, que nunca termina de llegar el relevo de las grandes bandas de rock urbano. Esa cadena de la que forman parte artistas como Leño y Rosendo, Barricada y El Drogas, Los Suaves, Extremoduro y Robe, Marea y alguno más, pero que, tristemente, hace demasiados años que no encuentra nuevos eslabones.

Con toda su humildad, pero, también, con toda su solvencia, Cobardes lleva un tiempo haciendo méritos para que esa cadena siga extendiéndose, y eso que el término de rock urbano se les queda estrecho, pues sus influencias son bastante variadas. En su segundo disco, Que empiece el baile, exponen con claridad sus argumentos y se postulan como dignos sucesores de los anteriormente citados. Que consigan dar el salto depende de muchos factores y algunos son incontrolables. Influye mucho la suerte, desde luego, pero tienen el talento y las ganas de intentarlo, y eso ya es mucho.

El concierto del Caballo Blanco lo empezaron con muy buen pie, sonando compenetrados y bien ecualizadnos desde el principio. Había entre el público mucha gente que había acudido expresamente para verlos (podían distinguirse bastantes camisetas del grupo en la terraza y, hay que mencionarlo también porque su presencia era muy numerosa, muchos espectadores que venían de fiestas de Berriozar, ataviados con el traje blanco y el pañuelico al cuello).

Es de suponer que habría otros que simplemente pasaban por allí, se toparon por casualidad con el concierto y decidieron quedarse; debió gustarles lo que oyeron, porque allí no se movió nadie, y eso que a la misma hora jugaba Osasuna. A mitad de concierto, costaba distinguir a los ya convencidos de los advenedizos, y la razón es bien sencilla: las canciones de Cobardes son buenas. No hay que darle más vueltas, que muchas veces nos volvemos locos buscando la cuadratura del círculo. Cuando los escuchas por primera vez, te das cuenta de que ahí hay algo valioso. Las melodías se cuelan en el subconsciente, uno siente ganas de tararearlas. El cuarteto no hace concesiones a la impostura, basta con verlos sobre las tablas para darse cuenta de que ahí está sucediendo algo real, y eso, en tiempos de postureos y mamarrachadas varias, es algo cada vez más apreciable.

Si hubiese que destacar algún momento de la actuación del jueves, habría que mencionar el que fue single de adelanto de su último disco, Quinientas mil mañanas, que acumula centenares de miles de escuchas en plataformas digitales, o el mini set acústico que se marcaron a mitad de concierto, especialmente la canción Solo tú, dedicada al hijo de Javi (cantante de la banda), y que el público adornó con una constelación de linternas de móvil. La parte final fue arrolladora: la iniciaron con una balada eléctrica y solemne, En llamas, y prosiguieron con un crescendo formado por Romeo y Julieta, cantada por el público, Cielo gris, acompañados por Gabri de El Desván, Princesa en paro y Vuela, con la que se despidieron. Como cantaba Radio Futura, el futuro ya está aquí.

CONCIERTO DE COBARDES

Intérpretes: Cobardes son Javier Janices ‘Cordobés’ (voz y guitarra), Iñigo Álvarez (guitarra), Iban Sánchez (bajo), Iñigo Idoate (batería). Fecha: 31/08/2023. Lugar: Caballo Blanco. Incidencias: Terraza llena y mucho público de pie.