Es lo que tiene ensayar todas las semanas, que cada vez te sale mejor: Bordalás, entrenador del Getafe, está puliendo su manera de responder a las críticas obvias que todos los adversarios le hacen a su equipo –que sus jugadores pegan más coces que una mula loca y, últimamente, más manotazos que un pelotari y más llaves de judo que un quinto dan–. Su argumento fetén es que los entrenadores rivales “hacen corta y pega” con esas críticas, y que “Esto es fútbol, papá”, entendiendo por fútbol la agresividad marrullera que ordena practicar a sus jugadores.
El Getafe suma ya en 10 partidos 48 tarjetas amarillas (15 más que el siguiente en tan lamentable ránking) y 3 rojas, y aún así, viendo sus partidos, nos queda siempre la sensación de que los árbitros se quedan cortos. Quizás LaLiga y la RFEF deberían analizar si ése es el fútbol que quieren en Primera o si van a hacer algo de verdad para acabar con tan tristes espectáculos.