Leo que el Gobierno estatal está fraguando una ley pionera que prohibiría el uso de teléfonos móviles en los institutos y colegios. En España y Alemania, la competencia depende de cada comunidad. Galicia, Castilla La Mancha y Madrid tienen prohibido su uso en los centros, el resto de comunidades lo deja en manos de las distintas escuelas. Siguiendo el ejemplo de Francia e Italia, Finlandia y Países Bajos también han decidido aplicar la prohibición a partir de 2024 y el Gobierno británico la baraja para el horario escolar.

Algo hay que hacer. Me transmiten profesionales que trabajan muy de cerca con chavales en diferentes ámbitos que la agresividad de los chicos y chicas va en aumento, que hay más casos de angustia y problemas de salud mental, de agresividad, de absentismo escolar, acoso escolar y también intentos de suicidio.

No se puede generalizar pero ¿cómo es posible que haya más casos de bullying que nunca y que chavales difundan por grupos de Whatsapp mensajes del tipo “fulano es maricón y un pringado” o “fulana es gorda y puta” con los que destrozan a compañer@s más que con un puñetazo en el patio? La generación más conectada de todas es la que, muchas veces, más sola se encuentra -sobre todo quienes sufren algún retraso-, la que más oportunidades tiene a su alrededor resulta que, a su vez, puede ser la más intolerante, violenta e individualista. Me llama la atención que chavales de 15-17 años no sepan qué está pasando en Gaza pero conozcan quién es el novio de Aitana. En todo caso, de nada sirve lo que se haga en los colegios si en casa se mira hacia otro lado si los chavales no se despegan de la pantalla y la enlazan con alguna serie de Netflix en lugar de descansar.