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Mesa de Redacción

Ana Ibarra Lazkoz

Los Herodes de la guerra

Los Herodes de la guerraDPA vía Europa Press

Nació milagrosamente en medio de la guerra, en un hospital sin electricidad al sur de Gaza. Se llamaba Amira Aisha –princesa Aisha– y murió antes de cumplir tres semanas tras uno de los continuos bombardeos. Su madre Malak está herida y la abuela Suzan era la que trataba de proteger a los dos nietos que cayeron en uno de los ataques diarios. La foto de Suzan y la pequeña Aisha es una de las cientos de postales que representan a María y el niño en esta Navidad donde reina la inhumanidad.

La ofensiva israelí (menudo eufemismo ¿no creen?) ha matado a casi 20.000 palestinos y ha desplazado a cerca de 1,9 millones, más del 80% de la población del territorio, obligándolas a buscar albergue en escuelas de la ONU, hospitales, campamentos o en la calle. Si las bombas no acaban con la población de Gaza lo hará el hambre y las enfermedades, sin esperanza de una tregua, ni siquiera la hubo en la noche de paz y de amor.

Paz, pan, techo, justicia y ganas de vivir son mis deseos para esta Navidad. Y mis mayores felicitaciones, para todos los voluntarios y voluntarias que trabajan por conseguirlo y que no están dispuestos a rendirse. Para Médicos del Mundo que opera en Gaza a pacientes sin luz, a las ONGs que rescatan inmigrantes en el mar (ayer mismo llegaron 240 en cuatro embarcaciones a Canarias).

A Cáritas, a Unicef, a Intermon Oxfam, a UNRWA, Cruz Roja, Madre Coraje, a los del París 365, al PIM y a tantas asociaciones que no están dispuestas a rendirse para recuperar el latido del mundo. Y carbón, mucho carbón, para los Herodes que gobiernan Israel, Rusia y otros muchos corazones.