Cuarenta años después de que el grupo punk bilbaíno Las Vulpes escandalizara a un país de sotanas y alzacuellos con aquel mítico Me gusta ser una zorra –pidieron dimisiones a porrillo por su emisión en TVE–, el festival que selecciona la canción que acudirá a Eurovisión ha elegido la que lleva por título Zorra. Quien piense que hemos avanzado poco se equivoca. El tema del dúo Nebulossa es un alegato feminista, en la línea avanzada dos años atrás por Rigoberta Bandini, que ensalza el empoderamiento de la mujer frente a quienes la critican o insultan por vivir su vida con libertad y se niegan a reconocer que progresa por sus conocimientos y capacidades. Esta Zorra, interpretada por una cantante de 55 años, no debe quedarse en la noticia puntual de un certamen que busca el impacto y la audiencia a través de su penetración en las redes sociales más que en la calidad del producto; con esa premisa, nadie de ese universo olió el año pasado que la Nochentera de Vicco tendría más calado que el tema ganador, que casi nadie hoy recuerda. Porque esta Zorra tiene aires de himno, llama a participar, se puede jalear y bailar. Y, sobre todo, presenta una letra que nos pone ante el espejo de una sociedad que todavía da cobijo a viejos clichés.