Puro día de la marmota, y mira que llevamos tiempo dándole vueltas a la misma noria. Los dos llamado grandes partidos, esos también llamados partidos de Estado, o sea, reservados por el destino para mandar, llevan ya semanas, o meses, enzarzados a ver en cuál de ellos hay más sinvergüenzas. Esto del “y tú más” es como un cesto de cerezas, que tiras de una y salen engarzadas en montón. Andaba el PP enardecido desgastando al Gobierno con la amnistía, cuando les cayó el regalo del tal Koldo García, presunto hampón cuyas andanzas se llevaron por delante al exministro Ábalos y, tirando del hilo, los de Feijóoo encontraron la mina para esparcir la corrupción del PSOE hasta la misma alcoba del presidente Sánchez. Aguantaba malamente el chaparrón el Gobierno, cuando se le apareció el milagro encarnado en la pareja de la lideresa, la enemiga más aborrecida, Isabel Ayuso, con otro marrón del que podía extraerse una mina de mierda.

Y bueno. Llevamos ya semanas en las que siguen siendo noticia de primera plana y de informativos en hora punta las trapacerías del tal Koldo y las del tal novio de la doña, cuando se nos anuncian jornadas intensivas de hocicar en la basura al más alto nivel. El PP, mayoría absoluta en el Senado, anuncia la apertura de una comisión de investigación sobre el caso Koldo, y, ya puestos, por todas las derivadas que la derecha extrema considere corrupciones aledañas. Pasen y vean, los payasos, los ilusionistas, los acróbatas, los malabaristas, el hombre bala, la mujer barbuda, los tragafuegos y toda la fauna circense. No nos van a privar de nada. Asistiremos a comparecencias múltiples, desde el tal Koldo de cuerpo presente hasta ministros varios hasta presidentas consortes. Y si de comisiones va la feria, tomemos localidad en el espectáculo contrario, la comisión de investigación sobre los que se forraron a cuenta de la pandemia, que el PSOE anuncia en el Congreso para que desfilen por ella todos los implicados en el negocio y sus consortes, con Isabel Díaz Ayuso como prima donna.

Les esperan jornadas entretenidas a los medios de comunicación y a los muy cafeteros de la cosa política, y no precisamente porque lo que suceda en esas comisiones vaya a aclarar algo sino por la espectacularidad de los comparecientes, sobre los que restallarán los focos des espectáculo y rellenarán portadas y telediarios. De todos es sabido que en esas comisiones, por muy solemne que sea el escenario, los personajes que comparezcan dirán los que les dé la gana, mentirán o no contestarán porque no están obligados a ello bajo sanción alguna. Dos comisiones a falta de una, dos espectáculos asegurados de los que cada cual saldrá encantado de haberse conocido, de haber dejado claro que “tú más” o mejor “tú también” y todos de rositas. Las comisiones de investigación, ya se sabe, fuegos de artificio. Tendremos, pues, doble espectáculo, dos funciones. No esperemos que aclaren gran cosa, pero cuatro años después vamos a poder comprobar las miserias de unos golfos que a la sombra, amparo e influencias del poder se enriquecieron a lo bestia mientras el coronavirus se llevaba por delante a miles de personas, familiares quizá, ajenos al negocio en el que se afanaban estos sinvergüenzas, sus comisionistas y sus padrinos.