Carles Puigdemont, líder de Junts que todavía no tiene claro si se le aplicará la recién aprobada ley de aministía y, por si acaso, se resiste a volver a Catalunya: Menudo recadito le acaba de enviar el Tribunal Constitucional al anular el voto telemático en el Parlament de su compañero de siglas y peripecias Luis Puig, caray con la mayoría progresista... Aunque pueda ser una de esas cuestiones en las que los ciudadanos de a pie nos perdemos, para usted el mensaje no puede ser más claro.
Le vienen a decir que se atenga a las consecuencias. Es decir, que si quiere aspirar a la investidura, no le queda otra que presentarse en la cámara en carne mortal, y allá los galgos que le echen los jueces Llarena o García Castellón. Una gentileza, por cierto, del PSC, que fue quien puso el grito en el cielo por permitir votar a distancia. Nadie da puntada sin hilo.