Siento verdadera admiración por las y los jóvenes que se abren camino y se pelean para construir una sociedad y un mundo mejor. Un futuro donde la Inteligencia Artificial esté al servicio de la investigación.

Es el caso de la ingeniera biomédica Anne Oyarzun Domeño (UPNA) que con apenas 28 años ha ideado una técnica que permite hacer una lectura de imágenes obtenidas en un nuevo tipo de resonancia magnética para medir la cantidad sangre que circula por órganos vitales de nuestro cuerpo como el riñón o el corazón (en el miocardio) y compararlas con otros flujos sanguíneos para así mejorar el diagnóstico de enfermedades. Imágenes a las que se entrena como si de mentes médicas se tratasen para conocer lo que está pasando en nuestro organismo. ¿Increíble verdad?.

Esperemos que haya empresas privadas que con todos los apoyos necesarios-y las inversiones forales en I+D+i-puedan incorporar este tipo de tecnologías. Quizás muchos jóvenes como ella formen parte de ese laboratorio de IA que es NavIA Lab S4 acompañando a empresas a crear soluciones en IA a su medida. O diseñarán nuevos servicios en la sanidad navarra que integren la IA, entre otros avances, en la detección temprana de enfermedades.

Quizás quienes manejan estas herramientas y sean menos esclavos de las modas habrán decidido no comprar zapatillas americanas de Nike, comer en un MacDonald's ni se comprarán un iPhone o un coche eléctrico Tesla. Por criterio. O porque apoyarán sus propias creaciones y productos. O así lo imagino.