A mediados de mayo, concretamente el 12, se cumple el 40º aniversario del fallecimiento del montañero navarro Juanjo Navarro en la arista norte del Everest, la montaña más alta del planeta, que intentaba con, entre otros, Mari Ábrego o Josema Casimiro.
Mucho ha nevado desde entonces y muchas fases de relación con los ochomiles ha habido en esta zona, con épocas de boom como en los 80 y 90 y primeros 2000 y épocas más tranquilas y con menos visitas de navarros en la actualidad. Una de las cordadas navarras que sigue fiel a su cita con las montañas más altas, siempre sin oxígeno artificial, es la formada por la pareja Uxue Murolas e Ignacio Barrio.
Esta primavera se encaminan hacia el Makalu (8.463 metros), tras dos años intentando el complejísimo Kangchenjunga (sin navarros en su cima, como el Annapurna, los dos únicos entre los 14 ochomiles). Experimentados montañeros, con cimas como Lhotse o Manaslu en su haber, Murolas y Barrio pretenden unir sus nombres a los de Mari Ábrego, Iñaki Ochoa de Olza, Ricardo Valencia y Blanca Ardanaz, los otros cuatro navarros que han ascendido al coloso del Himalaya, un montañón precioso que se ve perfectamente desde la cima del Everest y a cuya cumbre también estuvo a punto de llegar hace unos años el también navarro Óscar Fernández, que lo intentó de nuevo el año pasado.
Sigue habiendo aventuras en el Himalaya, especialmente si no hay oxígeno de por medio, si la instalación de cuerda fija no es muy exagerada y si, en definitiva, se afronta el reto con las menores ayudas posibles y siendo lo más parecido al estilo alpino puro, un reto no obstante que es casi inviable en los ochomiles salvo para unos pocos privilegiados. Murolas y Barrio escalan con estilo, se conocen perfectamente y si el tiempo y su salud se lo permiten seguro que andarán muy cerca de la afiladísima cima del Makalu, la quinta montaña más alta del planeta.