Carta abierta a las instituciones públicas
Somos promotoras de salud del ámbito rural, las promotoras de los pueblos, del Programa de Promoción de la Salud de la Comunidad Gitana, del que también forma parte el único promotor gitano del Programa. Nuestra actividad se realiza en las zonas de Tudela, Estella, Tafalla-Larraga, Carcastillo-Caparroso, San Adrián-Andosilla, Sangüesa-Liédena-Cáseda-Aibar, Peralta-Castejón-Milagro… y somos contratadas a través de la Federación de Asociaciones Gitanas de Navarra Gaz Kaló, desde sus inicios hace más de 25 años. Nosotras, como mediadoras y profesionales, llevamos años contribuyendo con nuestra labor en un programa que nació con el objetivo de mejorar la salud del pueblo gitano, en un programa que prometía luchar contra las desigualdades, la discriminación y el antigitanismo, pero que, con el tiempo, ha terminado generando injusticias que decía querer combatir, empezando por nosotras mismas. Es lamentable ver cómo las instituciones públicas toman decisiones sin contar con nosotras. Estamos muy decepcionadas con la Administración, en concreto con el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra. ¿Cómo queréis que el pueblo gitano mejore su situación? Funcionarias (no gitanas) están decidiendo por nosotras sin tener en cuenta (en muchas ocasiones) nuestra opinión, desde el privilegio de ser funcionarias, y nosotras no tenemos ni reconocimiento profesional, ni acreditada nuestra formación, a veces sin poder cobrar a fin de mes… y aún encima se nos responsabiliza de esta situación a nosotras y a la entidad que nos contrata. Queremos recordar que el antigitanismo es una forma específica de racismo contra la población gitana, basada en la ideología de la superioridad racial, y que el maltrato y olvido institucional que denuncia la Federación Gaz Kaló es una realidad que a día de hoy sigue pasando. Seguimos a la espera de que las responsables del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra nos pregunten cómo estamos… nos sentimos olvidadas. Quieren nuestros datos, nuestras cifras, nuestro trabajo de campo ¿pero escuchar nuestra voz…? Somos las que conocemos de verdad las necesidades de las familias gitanas, porque también son las nuestras. Somos las que detectamos situaciones que no salen en las encuestas ni en las evaluaciones. Sin embargo, los reconocimientos, los premios y los aplausos no son para nosotras, sino para quienes no salen de los despachos. Mientras tanto, nosotras seguimos mendigando espacios donde poder trabajar (en muchas ocasiones) sin medios, sin oficina, ni jornadas laborales dignas… muchas veces sin ser escuchadas. Nosotras somos las primeras en cuidar, en sostener, en acompañar… No puede haber políticas públicas eficaces sin contar con quienes estamos a pie de calle. ¿Qué hubiera sido del Programa de Promoción de la Salud si no hubiera habido asociaciones gitanas que sostuvieran la contratación de las promotoras durante todos estos años? Ni Salud Pública ni la coordinadora de promotoras conocen a fondo el trabajo que hacemos, ni han mostrado voluntad real de comprenderlo. En los años que llevamos, la única jornada completa ha sido la de la coordinación… curiosamente, la única técnica paya del programa. Nos sentimos olvidadas. Con más de 30 años de programa creemos que es hora de: -La dignificación de nuestra labor como promotoras de salud. -Revisión de funciones y jornadas reales acordes a nuestras cargas de trabajo. -Espacios de trabajo dignos y accesibles. -Participación en la toma de decisiones. No más decisiones sin nosotras. -Reconocimiento institucional y público. -Visibilización de nuestra figura en espacios sociosanitarios y comunitarios. Por todo ello, rogamos a las responsables del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra y al Consejero de Salud que resuelvan esta situación insostenible. Seguimos esperando su llamada.
La autora escribe en representación de las promotoras de salud del ámbito rural del Programa de Promoción de la Salud de la Comunidad Gitana de Navarra