Vaya por delante que me gusta el cartel ganador de San Fermín, el de los balcones con la ropa de fiesta secándose. Me gusta y, para mi poco versada opinión, es justo ganador. Dicho eso, tengo una duda que les comparto: ¿ganan los carteles por su calidad técnica o ganan los temas que más nos llaman la atención a los votantes? Para mí que es lo segundo.
Claro, en el haber de la ganadora está el hecho de haber elegido ese tema, lógicamente, con lo cual nada que objetar –y a lo que se une la calidad artística, según destaca el jurado–, pero mi duda estriba en si un cartel de menor nivel técnico con idéntico tema presentado y que llegase al voto ciudadano también hubiese ganado, demostrando quizá entonces que es lo que se capta y no cómo –aunque con ciertos estándares de buena calidad, obvio– lo que más nos atrae.
Esto lo tengo visto con estos textos. Según de qué tema escribas o de qué persona ya sabes que vas a tener un retorno mayor o menor.
Cartel de San Fermín 2025 | "Sacando la ropa al viento quería expresar una invitación al mundo", dice la autora
En creaciones artísticas por tanto como la del cartel de San Fermín, que finalmente decide sus galardones por el voto popular –algo con lo que estoy muy de acuerdo–, mi pregunta es la siguiente: ¿sería una aberración que en las bases del concurso se establecieran cada año diferentes temáticas a las que ceñirse o hay que seguir dejando abierto a toda la fiesta y que cada quien plasme lo que quiera? No sé, año 2026, tema: el color rojo. Año 2027, tema: el toro. Etc, etc.
Vale, que es solo una idea friki que se me ha cruzado por la cabeza y que seguramente hay que dejarlo todo como está, pero de la misma manera que se me ha pasado por la cabeza igual también les ha sucedido a algunos de ustedes, aunque sean ideas más o menos peregrinas y perfectamente desechables. Yo, una por una, la he compartido, aunque tengo claro que acotar temas en algo tan amplio como es una fiesta así ya sería de partida un problema de elección.