Durante las últimas semanas, han sido numerosas las informaciones vertidas en los medios de comunicación sobre la situación de la SCDR Anaitasuna y la generación de una corriente de opinión que responsabiliza a la Junta Directiva anterior que tuvimos el honor de dirigir la entidad entre los años 2020 y 2024.
Ante semejante desinformación, propiciada por opiniones interesadas y personas que tienen o han tenido relación directa con la delicada situación actual de la sociedad, nos vemos en la obligación de exponer una versión veraz y transparente de lo acontecido a lo largo de estos últimos años. Pero esta vez aportando datos, huyendo de la confusión y de afirmaciones que en algunos casos son incorrectas y en otros simplemente falsas.
Cuando esta Junta accedió a la dirección del club a finales del año 2020, la deuda acumulada rozaba los 10 millones de euros, incrementada en casi 1,5 millón de euros entre los años 2019/20, todo ello acompañado de un descenso de socios desde el año 2016 hasta el 2020 de 624 personas. A finales del año 2024 la deuda fue de 8,35 millones. Encontramos grandes deficiencias contables y una falta de criterio en la aplicación de la prorrata en el impuesto del IVA. Esta situación es la que generó la posterior inspección de la Hacienda Foral que recientemente ha trascendido en los medios de comunicación.
Resulta curioso que algunas de las personas que tuvieron responsabilidades en la toma de decisión en la aplicación de estos criterios, hoy asuman responsabilidades directivas y de nuevo, puestos laborales dentro del Club.
Como todo el mundo recuerda nuestra entrada en la sociedad coincidió con el final de una pandemia que provocó una pérdida de 512 socios del año 2020 al 2024 y un colapso en los ingresos del club, además de otros factores externos, como inflación, subida generalizada de suministros y una incipiente guerra cercana. Todas estas cuestiones están incluidas en las notas que los auditores internos y externos realizaron al finalizar el mandato anterior.
A pesar de esta situación heredada y un contexto extremadamente complejo, nos pusimos manos a la obra sin echar la mirada atrás, comprometiéndonos con un plan de saneamiento y profesionalización de la gestión de la sociedad:
1.- Se consiguió reducir la deuda financiera en 1.516.000€, afrontando además el pago de intereses acumulados por valor de 925.000 €.
2.- Se tramitó la declaración del club como entidad de utilidad pública, modernizando la estructura administrativa y aplicando el plan contable adecuado a las sociedades sin ánimo de lucro, cambiando el criterio anterior a nuestro mandato en el que los ingresos por derramas se contabilizaban como ingresos de
explotación, desvirtuando el margen de actividad, variable fundamental para la gestión del club, siendo este deficitario a lo largo de los años.
3.- Se externalizaron servicios deficitarios como la hostelería al ser su resultado negativo durante muchos años, se empezaron a reordenar las diferentes secciones deportivas con planes de gestión diferenciados fijando tanto objetivos financieros, autofinanciación, como deportivos y pusimos en marcha la digitalización integral del club.
4.- Se coordinó con las entidades financieras una carencia de deuda a 2 años, se gestionó un pre concurso y se inició el diálogo con la Hacienda Foral para regularizar los años de contabilidad corrigiendo errores que derivaron y culminaron en la reciente sanción tributaria.
5.- En cuanto a la desviación presupuestaria del año 2024 se debe sobre todo a la contabilización como gasto de la sanción impuesta por hacienda, a la diferencia de ingreso de las derramas llevadas todas a la cuenta de explotación tras un nuevo cambio de criterio y al incremento en las partidas de gasto ordinario por la correcta aplicación de la prorrata del IVA. La parte que antes se deducía erróneamente es ahora mayor gasto.
En todo momento hemos contado con auditorías externas que confirmaron la imagen fiel de las cuentas anuales, y en todas ellas se advertía de la necesidad de aplicar medidas estructurales para garantizar la viabilidad futura.
Lamentablemente, todos los esfuerzos realizados no han bastado para revertir por completo una situación que se venía arrastrando desde hace años y requería un apoyo externo urgente.
La labor social, cultural y deportiva que en Pamplona han venido ejerciendo sociedades como Anaitasuna, formando parte activa de AEDONA y contribuyendo no solo a la práctica del deporte, sino al fomento de la salud, la inclusión, la igualdad y el tejido social de la ciudad, hace que tengamos que apelar a las instituciones públicas, entidades financieras y medios de comunicación a comprender el verdadero contexto de esta situación y a respaldar a este club y a otros que pudieran pasar por dificultades similares.
Las sociedades deportivas en Navarra han sido y son agentes activos de esta comunidad y son patrimonio de todos.
La Junta Directiva anterior, presidida por Mertxe López, quiere reafirmar su predisposición a colaborar con la nueva Junta actual, desde la responsabilidad, el conocimiento y la experiencia que nos ha proporcionado esta etapa tan dura.
*Organo Gestor de Junta saliente de SCDR Anaitasuna