Basta con asomarse a las mejores fuentes –los medios madridistas– para comprobar que Vinicius no es solo uno de los jugadores más odiados de la Liga –liarla en cada campo es lo que tiene– sino que además se le está acabando el crédito de su propia afición.
Su monumental y no disimulado cabreo por ser sustituido en el Clásico en el minuto 73 ha tenido la réplica de esos medios, que consideran que no se puede perder así los papeles y que seguramente fue una decisión correcta de Xabi Alonso, que quería amarrar –y lo logró– una victoria trascendental para su proyecto con el Real Madrid.
Con Mbappé convertido ya en el líder y estrella del equipo, Vinicius pasa de protagonista a actor secundario, y lo lleva tan mal como es costumbre en él. Como una diva. Va a ser gracioso ver a quienes lo defendían a capa y espada, cuando hacía barrabasadas contra todo rival, criticando ahora su conducta como si nos contaran algo que no sabíamos.