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Recursos humanos

Maite Pérez Larumbe

Acosos

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Me pregunto si el MeToo ya ha llegado a los partidos políticos. ¿Les parece que los casos detectados mayoritariamente en el PSOE están sirviendo, por supuesto al PSOE, pero también al resto de formaciones para hacer examen, reconocer que han mirado para otro lado, fallado, desprotegido, humillado y revictimizado a las víctimas y palmeado en la espalda, cubierto, comprendido, acompañado de copas, mantenido en su puesto, incluso promocionado a los agresores? ¿Servirá para que Feijóo, que afeó a Sánchez haber aprendido feminismo en los prostíbulos, actualice sus estudios? Recordemos que hace nada dijo que el feminismo de verdad era la causa por la que lucharon (nuestras) madres y (nuestras) abuelas (se entiende que las del auditorio o las del PP). ¿Abandonará Abascal ese tono de western que utiliza cada vez que habla de las mujeres y que sugiere que los agresores siempre son los indios? ¿Todas las formaciones han realizado llamamientos internos para que se denuncien los casos de acoso? ¿Están actualizando los protocolos? ¿Impartiendo formación?

Algo muy gordo falló para dejar cinco meses dos denuncias en un cajón. No es un error, es complicidad con el agresor. Y comer con él es blanquearlo. Tendemos a pensar que estas cosas pasan en lugares oscuros y que las perpetran desconocidos. Pues no, estas cosas te las hacen hombres cercanos. Ser un hombre cercano no te libra de ser un baboso. Ser un baboso tampoco te libra de que te aplaudan en el Auditorio Nacional. La situación es así de extraña y de injusta para las mujeres.

Padres, con p de papá, esto hay que hablarlo con los hijos. ¿Que os da vergüenza? Pedid ayuda, todo es empezar. Las madres con m llevamos muchos años hablando con las hijas. Ánimo, es ponerse. Igual lo mejor es empezar preguntando. En la mesa.