Pasó Mariano Rajoy por Pamplona para hablar de su libro. El expresidente extrae de su carrera política algunas recetas que ha considerado útil compartir. No sé si, como referentes, el político gallego ha bebido en las fuentes de Aristóteles o en las de Maquiavelo antes de sentarse frente a la pantalla del ordenador. En el caso del filósofo griego quizá le ha servido de instrumento un clásico como ‘La política’ para escarbar en el arte de gobernar la polis.

En cuanto al pensamiento del florentino, los políticos ya portan en su ADN el gen maquiavélico, y quien no lo lleva no sirve para esto. No sé si gobernar es un arte, una ciencia o un fraude más o menos organizado: quizá Rajoy da respuestas en su libro pues tiene material dentro de su partido para reflexionar. Lo que está claro es que, llegados a la poltrona, cada uno o cada una aplica su personalidad a las normas de gobernanza; y en esto, María Chivite hizo ayer una aportación de brocha gorda cuando se defendía de los insultos, mentiras y falsas acusaciones, así lo enumeró, que le dedica casi a diario la oposición: “No voy a hacer ni caso”.

Ni más ni menos, lo que hace Pedro Sánchez. Porque ya lo dijo Maquiavelo en sus recomendaciones a los gobernantes en El Príncipe: “No te asustes en la adversidad”. Puro arte.