Oyes las notas vibrantes / De esa gaita tan chillona, / Pues espera unos instantes? / Que vas a ver los Gigantes? / Los Gigantes de Pamplona? / "Pero espérate, que quiero / Que los veas al pasar. / Mira, ya llega el primero / Detrás del tamborilero, bailando a todo bailar.
Anda, qué raro, ¡pero si viene un tamborilero con el instrumento a cuestas y sin tocarlo! O es por cansancio o porque en un alarde de entusiasmo, ha reventado el parche. Más raro es saber que ha sido vetado por la propia Comparsa, justo el año en que acaba de publicar un magnífico libro titulado Gigantes de Navarra, de la A a La Z: Historia de más de cien comparsas que ha tenido una magnífica acogida.
No les he dicho que el tamborilero proscrito es asimismo constructor de gigantes y restaurador de múltiples figuras, tamborilero y profesor desinteresado de unos cuantos niños, futuros tamborileros y admiradores sin duda de todo lo relacionado con los gigantes y cabezudos, ¿celos profesionales? ¿Afán de protagonismos exclusivos?
Aitor, eres un gran tamborilero pero aún mejor persona, por eso recuerda la estrofa final de Fiacro Iráizoz con que terminan estos famosísimos versos que algunos portadores parece que han olvidado.
Sé humilde tu vida entera / Huye siempre de un encuentro / Con esa gente altanera / Que va mostrando por fuera / Lo que no tienen por dentro; / Y piensa que hay mil farsantes / De apariencia fanfarrona / Muy soberbios, muy boyantes / Y son como los Gigantes? / Los Gigantes de Pamplona
Es una pena que en el aniversario de la Comparsa, que celebramos con alegría, ocurran estas cosas.
Estamos seguros de que en un par de días veremos a Aitor tocando en su Comparsa tan querida. Un abrazo.