CUANDO veo la foto de cualquiera de esos pésimos gestores que arruinan entidades financieras, saquean alcaldías o autonomías y después de esquilmar las arcas públicas (o incluso las privadas) se aferran a sus indemnizaciones amparados por la ley, me dan ganas de acampar en la puerta de mi casa. Basta enumerar algunos casos abiertos como los que afectan a muchas de las cajas intervenidas o nacionalizadas recientemente: Castilla-La Mancha, Cajasur, Caja Mediterráneo, Novacaixagalicia, Catalunya Caixa. Han recibido millones de euros de recursos públicos a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) mientras que sus principales ejecutivos han sido prejubilados con pensiones multimillonarias. Recuerden el sueldo autoasignado de 600.000 euros de María Dolores Amorós (CAM), los más de 1.200 millones de euros de jubilación para José Luis Olivas (Bancaja) o los 23 millones del blindaje de otros exdirectivos de Novacaixagalicia. Y otros muchos que no puedo reseñar por falta de espacio. Sólo uno aceptó devolver la mitad de lo asignado, son lo peor de lo peor, mayores depredadores que los lobos y que cualquier ave de rapiña y se merecen que sobre ellos, caiga todo el rigor y el peso de la ley.

Llevo muy mal, supongo que como el resto de los ciudadanos sometidos a tantas apreturas, amenazados con el incremento del paro, el copago sanitario, la congelación o bajada de salarios y pensiones? que el Gobierno indulte a un banquero mientras las máximas autoridades corporativas de organismos e instituciones, con o sin ánimo de lucro, se retiran a disfrutar de su botín. Si pretenden aplicarnos próximos ajustes de caballo, que todos estos individuos retiren sus sucias manos del dinero público. Es un sentimiento muy primario, pero cada vez más justificado y compartido.

Eso sí, durante todo este tiempo nos hemos cansado de oir al presidente del Banco de España, señor Miguel Ángel Fernández Ordoñez, pidiendo contención salarial, más preocupado por los salarios de los trabajadores que de vigilar a estos ladrones de guante blanco. Evidentemente el Banco de España no ha hecho bien su trabajo, y el señor presidente, tampoco, por tanto, que cada uno asuma su responsabilidad en esta crisis, y no como suele ser lo normal, que se socialicen las pérdidas y, como siempre, lo paguemos los ciudadanos de a pie. ¡Ya está bien de tapar agujeros con dinero público! ¡Feliz y poco recortado Año Nuevo a todos!

Patxi Ortigosa Goñi

Delegado sindical CCOO