Las gerocultoras de la Residencia Amma Oblatas queremos explicar cómo y en qué consiste nuestro trabajo de atención al residente en todas sus actividades básicas de la vida diaria. Nuestra ayuda es primordial para que su autonomía y su calidad de vida sea la mejor posible. Para que dicho trabajo sea realizado de una manera óptima, nos preparamos continuamente con cursos de formación, pero dicha labor no se valora ni se reconoce ni económica ni socialmente.
Habitualmente realizamos lo que llamamos calidad humana, algo que no se paga, no se ve, no se intuye y de lo que nadie habla, pero que tanto nosotras como los residentes consideramos muy importante. Son esos momentos de complicidad en los que intentamos despertar esa sonrisa, ese apretón de manos, ese abrazo, ese estar ahí cuando los notamos tristes, esas canciones que logramos sacar de su memoria... Tantas cosas que compartimos que, al final de una dura jornada, nos quedamos con todos esos buenos ratos disfrutados con ellos y que nos dan ánimo para seguir ejerciendo cada día un poco mejor esta profesión tan poco reconocida.