Leí una vez que José Antonio Marina hablaba de tres formas para participar en la construcción de nuestra sociedad; más en concreto, este filósofo y pedagogo hablaba de las tres formas que tenemos de votar.

Uno de los votos posibles es el voto político. Conocido por todos, se nos pide nuestra opinión cada cuatro años para conformar gobiernos, ayuntamientos? Se nos dice que es el menos malo de los sistemas posibles y elegimos un conjunto de ideas que queremos que gestionen nuestra forma de organizarnos. Otro de ellos es el voto económico. En cada acto de compra, nosotros, los ciudadanos participamos diciendo qué nos gusta y qué necesitamos; en definitiva, cómo queremos que se hagan las cosas para darles apoyo y aprobación con nuestra compra y nuestro dinero. Pero el tercer voto es el más desconocido y aquél que quisiera destacar en estos días. Se trata del voto de conexión. Consiste en la importancia que damos cada uno a lo que nos ocurre. Y lo demostramos según la información que transmitimos a los demás, a qué dedicamos nuestras energías, de qué hablamos con los amigos, por qué nos manifestamos en la calle, qué nos hace enfadarnos y alegrarnos. Sin duda, éste es el voto más personal, el del día a día, el que transmite y expone nuestra forma de ser.

Si saco todo esto a colación es porque tengo la sensación de que nos jugamos mucho en estos tiempos. Lo que votamos políticamente es importante, sin duda. Cada vez vamos siendo más conscientes de la trascendencia que tiene en nuestras vidas lo que compramos y a quién. Pero nos falta el último paso para demostrar que somos una sociedad madura: interiorizar nuestro voto de conexión, nuestro compromiso social, nuestra escala de valores. Una reflexión seria y autónoma sobre el modelo de sociedad que queremos construir.

2011 ha sido el Año Internacional del Voluntariado. Deberíamos felicitarnos todos: uno de los motores principales de la Asociación Sei y uno de sus activos más importantes son los voluntarios. "¿Cuánto cobráis por lo que hacéis?", pregunta de vez en cuando algún chaval. "Nada". Ése es nuestro voto de conexión. Por poner un ejemplo, entre todos los recortes de subvenciones y demás que afectan a nuestra asociación y a muchas otras y que nos tiene tan debilitadas, se ha anulado la subvención de voluntariado. Paradójico, ¿no? Sólo quiero pediros que sigamos juntos peleando por los objetivos que tenemos todos en común, que valoremos la relevancia de nuestras acciones y manifestaciones, que transmitamos toda la fuerza y energía que tenemos dentro y que luchemos por los valores sobre los que queremos que se lleve a cabo nuestra comunidad. Ánimo a todos los que creéis en la importancia del voto de conexión y feliz 2012.