En el Boletín Oficial del Estado de 1 de octubre de 2012 ha sido publicado el Real Decreto 1389/2012 por el que se concede la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil a la Virgen del Pilar.

La neutralidad del Estado ante el fenómeno religioso constituye un elemento clave de la democracia. En consecuencia, resulta ilógico que cuando un ciudadano acude a unas instalaciones policiales vea una imagen de la Virgen del Pilar presidiéndolas. Como lo sería también que hubiera, por ejemplo, un volumen del Corán, una estatua de Buda o un símbolo de los ateos (que existe).

Esta disposición recuerda a aquellos tiempos de la dictadura felizmente superados. Es una estética fomentada por la extrema derecha y que no resulta acorde con la Constitución. Personalmente, estimo además que se trata de una religiosidad falsa. El Evangelio transmite un mensaje de amor y bondad que a todos (sean cristianos o no) puede interesar. Algo totalmente opuesto al autoritarismo y la brutalidad.

Ciertamente, en algunos países en transición a la democracia -como es el caso de Marruecos o Egipto- esa mezcla entre el Estado y una confesión determinada resulta habitual. Pero, ¿se imaginan algo similar al Real Decreto 1389/2012 en Alemania, Francia o Reino Unido?