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Oportunidad y oportunismo

En el campo de la acción política, el más superficial y aparente, solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.

Antonio Machado, gran dominador del lenguaje y a través de él del pensamiento, sigue dando pautas y referencias imprescindibles.

El 28 de noviembre, siete organizaciones sindicales convocaron una manifestación contra los desahucios. Lo que pareciera una iniciativa a saludar no lo es tanto, el oportunismo suele ser contrario a la oportunidad, y en esta convocatoria hay más de lo primero que de lo segundo. Esta convocatoria tiene más de poner la propia vela donde sopla el aire, que de hacer soplar el aire en la vela de los desahucios.

Los desahucios se merecen más, todo el trabajo que unas gentes anónimas vienen haciendo se merece más que esta apropiación partidista. Los desahucios requieren una movilización más general, que exprese y recoja todo el apoyo social que suscitan, que centre los objetivos de la misma en los aspectos más importante, y que redunde en un apoyo a los organismos unitarios que vienen trabajando el tema, las PAH. Son estos organismos quienes deberían auspiciar esa movilización y el resto de organizaciones debieran secundarla, apoyarla manteniéndose en segundo plano, justo lo contrario de lo sucedido en esa convocatoria.

Todo el mundo tiene derecho a hacer las convocatorias que considere, pero convendría ir un poquito más allá. Socialmente, en el momento actual, soplan vientos favorables al tema de los desahucios y del derecho a un trabajo y vivienda digna. Sin embargo, la situación de las personas afectadas sigue siendo muy negra, hay mucho camino por recorrer y muchas dificultades por salvar.

Las PAHs son organismos abiertos y unitarios que vienen trabajando sobre este tema desde hace años. Sería bueno que contasen con la aportación cotidiana de los convocantes del 28-N.