Por inercia, me he puesto a ver los informativos y me han parecido una redifusión de los del día anterior. He llegado a pensar que se trataba del boletín oficial del Ministerio de Justicia. Que si el pufo de la exministra andaluza, que si los Eres, que protestas por las preferentes, que un nuevo escándalo de millones de euros, cuando termina esta primera parte, que si guerras por aquí y por allí. Solo el espacio dedicado al tiempo me ha dado una nimia satisfacción: hoy tendremos sol. Algo es algo.

En este estado de cosas se me ha ocurrido que todos los jueces -Ruz, Alaya, Castro...- que se dedican durante tanto tiempo a instrucciones larguísimas sin que nadie vea su resultado, nadie está en la cárcel, ninguno devuelve el dinero, algunos de los imputados mejora su nivel social, consejerías -se supone que asesorarán de lo que conocen-, corren ellos el peligro de ser imputados.

El trabajo de la policía judicial parece inútil o papel mojado. Pues eso, que tanto los jueces como los funcionarios deberían dar por zanjados y archivados estos casos y emplear su tiempo en juicios de menor calado, como desahucios, pequeños hurtos, ridículos escamoteos a la Hacienda, que esto sí que da dinero porque no hay quien se escape. Se conseguiría una mayor agilidad en la justicia y un ahorro considerable de dinero. Los grandes pufos no solo no contribuyen a las arcas sino que llevan un pastón que de nuevo lo pagamos los de siempre.

Al ministro, señor Wert, le propondría una asignatura ya en Primaria: Cómo salir ileso de macro robos, materia que nos proporcionaría esa igualdad social tan pregonada.