Aunque hace años que no te escribo, no por eso me he olvidado de ti. Ya sabes, en esta era de las comunicaciones, a veces los viejos amigos solo se ponen en contacto para acontecimientos luctuosos.
No quiero asustarte, solo prevenirte: creo que una vez más te encuentras amenazado.
Pensarás que eso no es justo porque tú ya has sufrido en tus carnes las potentes máquinas excavadoras, que lo mismo terminan en una mañana con un soto que te ha costado años adecentarlo, que te colocan una presa y te dejan bajo mínimos.
¿Que por qué? Pues por lo de siempre, querido amigo, asuntos económicos que interesan a unos pocos y que pagamos unos muchos.
¿Que quiénes son? Pues no tengo el disgusto de conocerles personalmente pero me temo que son gente a la que emotivamente no les dice nada tu entorno y que desde luego te consideran una corriente de agua, no lo que tú eres en realidad: un río de vida.
Por eso creo que éste debe ser el eje de tu defensa: la vida de tu río.
Explícales con qué cariño acoges cada primavera las poblaciones de Milano Negro que desde el norte de África vienen a veranear en tus choperas.
Cuéntales con todo lujo de detalles cómo anidan en los huecos de tus álamos, sauces y fresnos los martines pescadores.
Invítales a la sinfonía orquestada una mañana de primavera por ruiseñores y oropéndolas.
Diles que si permanecen alerta y en silencio van a poder ver al visón europeo, uno de los mamíferos más amenazados de la fauna navarra.
Y que por si esto fuera poco, en los roquedales de enfrente pueden ver el vuelo de las escasas parejas de águila perdicera o alimoche.
No les abrumes con la cantidad de ranas, anfibios, peces, nutrias y hasta tortugas que llevas en tus entrañas.
En fin, yo creo que todos estos argumentos serán suficientes, pero si no fuera así, no te apures, que todavía queda mucha gente dispuesta a defenderte.
Bueno, y ya solo me queda desearte una larga vida porque eres mi amigo y te aprecio pero, sobre todo, voy a serte sincera, porque sé que de tu buena salud depende la de mis hijos y nietos y esto sí que me importa .
¡Hasta siempre!