Durante 16 años han sido miles los voluntarios y alumnos que han pasado por la ambulancia medicalizada de DYA Navarra y, por supuesto, personal asalariado (médicos, enfermeras/os y conductores).

El 1 de enero de 2016 esto cambió, ya no podíamos seguir aprendiendo, ya no podíamos seguir ayudando a las miles de personas (pacientes) que hemos atendido. Nuestro delito: ser voluntarios de una ONG de utilidad pública, prestar ayuda sin ningún tipo de interés. ¿Eso nos hace menos profesionales? ¡No! Eso, señores y señoras, a nosotros nos hace perder aprendizaje. A ustedes, privatizar un recurso que, por si no lo saben, fue el primero de toda Navarra. En Europa se potencia e incluso se mima el voluntariado, se reconoce el trabajo solidario en cualquiera de sus formas. En Navarra, día a día, lo intentan destruir (a los hechos nos remitimos). Aun así, en momentos de crisis, aunque nos ahogaban con los recortes desde la Administración, ahí estuvimos, al pie del cañón, con nuestro trabajo silencioso. Pero se acabó, ya no podemos ni queremos seguir manteniendo el silencio.

San Fermín 2015, nuevo Gobierno y ?¡zas! Primera torta al conjunto de voluntarios/as DYA. La presidenta de Navarra, Uxue Barcos, visita a los compañeros de otra ONG (que también aportan su tiempo y ganas para que esta fiesta salga bien). Nosotros recibimos, como gratitud, un desplante seguido de un e-mail lleno de excusas y pidiendo disculpas al día siguiente. Nosotros a lo nuestro, a seguir haciendo honor a nuestras siglas DYA (Detente Y Ayuda). Cientos de compañeros comprometidos con esta sociedad cuando se nos necesita. Éste es nuestro sentido de ser, éstos son nuestros genes, es nuestra herencia recibida de todos quienes nos precedieron. Ser voluntarios con la única recompensa del trabajo bien hecho. Esa recompensa es nuestro sueldo al final del mes, ayudar lo más humana y profesionalmente que podamos. Y seguir sabiéndonos útiles en esta sociedad, en la cual, hoy en día, prima más el individualismo, la clase social, el poder adquisitivo que la voluntariedad, la solidaridad entre personas.

Dicho esto, seguiremos deteniéndonos y ayudando, más si cabe en estos tiempos, seguiremos demostrando que sí se puede, a pesar de todas las zancadillas que este Gobierno nos está poniendo. Pero, eso sí, ahora sí queremos que nos oigan, porque se nos está tratando injustamente. Rescindirnos la medicalizada fue una actuación precipitada, sin periodo de estudio y el tiempo, cinco meses, así lo ha demostrado? Una decisión así debería, como mínimo, tener consecuencias políticas (no solo por lo económico, sino por la calidad en el servicio sanitario a la ciudadanía). Dimisión de los actores principales de esta mala gestión.

Señora consejera de Interior, siga el camino del jefe de bomberos de Navarra, aunque en este país no exista la dimisión por asunción de errores en política... la demostración real del cambio sería asumirlo.

Para terminar, damos gracias a esos miles de socios que hacen posible que nosotros podamos seguir con nuestro voluntariado.