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Mola y Sanjurjo

Con mi 10 años aún recuerdo cómo el monstruo Emilio Mola Vidal, con voz estentórea y brazos exaltados, decía desde un balcón del hotel Frontón de Gasteiz: “¡Cómo podemos consentir que en tanto los campos de Navarra enrojecen como amapolas, Álava siga impasible!”. ¿A qué se refería? A que los miles de asesinatos producidos en nuestro viejo Reyno no se repetían en Álava. Bastó aquella intervención para que en agosto de 1936 comenzaran las sacas y fusilamientos. Aquel ordeno y mando abogaba por ejecutar a cuantos no asumieran el alzamiento militar. Y a fuerza que lo consiguieron: 4 veces más asesinatos que ETA en toda su trayectoria solo en Navarra. Y ahora que el Ayuntamiento va a proceder a la exhumación de Mola y Sanjurjo, algunas voces plañideras entre sus seguidores exigen solicitud de permiso para sacarlos de sus tumbas. ¡Ninguno de los 2 generales pidió permiso para asesinar ni declarar la guerra, no civil, sino exterminadora! ¿Qué pintaban si no alemanes, italianos y moros? Quienes descalifican a quienes apostamos por la justicia para todas las víctimas, se dedican a instar a Asiron a que “se atreva con los vivos”. ¿No están abogando por el tiro en la nuca? Exigen dejar a sus muertos en paz en tanto que siguen dando la matraca con los de ETA, ¿igual de rechazables?