Leo todo lo que me encuentro de Caius Apicius porque me gusta cómo escribe la historia de la agricultura y de la cocina. Discrepo a veces porque no entiendo. Da recetas deliciosas de becadas u otros seres en peligro de extinción. Lo suyo es una especie de antropogustismo: es bueno lo que me gusta. Se permite rebajar el valor de las berzas porque no le pilla el punto en la cocina (que lo tiene). Ha despreciado dos medios de comunicación importantes para dar una visión tan triste de las berzas que demuestra su poca conciencia con un tema tan serio como la alimentación. El CSIC hizo un estudio del potencial increíble de las brassicas contra los radicales libre (cáncer, enfermedades del corazón...). Estudio que se suma a otras investigaciones anteriores. En las aldeas gallegas se vive mucho y dicen: “Nabo, nabiza y grelo, la trinidad del gallego”. Las tres brassicas. Ellos no son tontos. Usted se pone nervioso desde su podium porque aparece por estos lares la kale, otra brassica que promete, solo porque no tiene ni idea de ella (salvo internet). La cultura de los pueblos se puede medir por la diversidad de sus huertos. Yo cultivo kale. Le regalo con gusto un manojo que, aparte de sabroso, es más saludable que la caza. Sea más pedagógico. Los niños también leen.

P.D. La recurrida berza lleva 5.000 años desde casi el inicio de la agricultura y en Navarra la comían nuestros reyes y todo el pueblo porque alimenta en invierno. Debería tener un monumento con el haba y otras hortalizas.