Un encierro poco legítimo
En casos como el ocurrido hace pocos días sobre el acto vandálico en los corrales del gas y reivindicado por un grupo animalista, aparece el inoportuno de turno mezclándolo todo y metiendo en el mismo grupo a gente no violenta que intenta concienciar a la sociedad sobre el respeto por los derechos de los animales y los que utilizan y justifican la violencia (aunque ésta no vaya dirigida contra seres sintientes) para intentar defender a esos mismos animales, anulando de este modo todas las demás vías disponibles para que la gente abra los ojos y se sensibilice sobre un problema que no es ajeno a nuestra sociedad. Y hago hincapié en este punto sobre la indiferencia de la gente, punto crítico en torno al cual gira todo este problema.
Acusar de violento a todo animalista sensible con la capacidad de cada animal para padecer y sentir resulta muy poco constructivo e inteligente. Es como decir que toda la gente que acudió a la manifestación en contra de estos festejos taurinos realizada el pasado año en nuestra capital es gente violenta y radical.
Desde luego es ilegítimo el reivindicar algo desde la violencia, pero igualmente lo es el hecho de utilizar una violencia que conlleva además sufrimiento y maltrato para intentar justificar algo como es el propio encierro, por muy tradicional que este sea.
Asociar a la fiesta la muerte y tortura de animales, la barra libre tanto para beber como para violar mujeres, dejar que se destroce la ciudad aunque compense con los ingresos económicos obtenidos, demuestra gran ignorancia. San Fermín es mucho más que eso.
El verdadero amante de los animales es a su vez amante del ser humano, un animal más, es así mismo, amante del planeta donde vivimos, amante del respeto y en consecuencia, está en contra de todo tipo de violencia.
A través de este tipo de acontecimientos, tan solo se consigue restar protagonismo al verdadero debate sobre por qué el ser humano sigue utilizando, torturando y matando al animal en su propio beneficio. Es ahí donde debemos poner el foco de atención y no en la ideología de quien va por ahí cometiendo este tipo de actos vandálicos.