Los primeros, ya no reflejan pana en sus indumentarias y sus discursos se apartan de aquel cambio que propugnaban para echar la UCD a la calle y prometer libertades a un pueblo que las necesitaba para evitar recordar lo que le hizo el dictador y sus secuaces golpistas.

Pero en lo que no contaban, o no eran conscientes que podría suceder, es que aquella sociedad estaba ya dentro de la evolución democrática que el tiempo tendría que consolidar como hoy día está sucediendo en España. Ellos, y muchos de los que les sucedieron en el PSOE ya peinan canas, y aparecen como guardianes de sus “alumnos” que rectifican cuando quieren, en momentos en que se sienten sal-vadores socialistas.

Ahora lo han hecho con Pedro Sánchez incidiendo en su proceder político, lo cual le ha hecho convocar el adelanto de elecciones generales, por romper con esa “relatada” intención de dialogar con los independentistas sobre el futuro catalán, y aunque no lo digan abiertamente, cualquiera con dos dedos de frente, entendería por dónde van los tiros.

Los segundos, insultando abiertamente la persona del aún presidente de España, echando por tierra toda su política social, y acusándolo de pactar con los dichos “golpistas” catalanes para romper su querida España, cuando en Andalucía la derecha prometió crear 600.000 puestos de trabajo, y ahora nos dicen públicamente que en campaña electoral se dice cualquier cosa.