Son las que tienen varios alcaldes de este país, con la pugna de ver quién las pone más grandes, se anticipa a los demás y gasta más millones en las dichosas lucecitas de Navidad, dejando los ayuntamientos a dos velas. Es inconcebible que algunos de estos iluminados sean regidores de ciudades importantes, que estén cobrando sueldos fabulosos del erario público y crean que el dinero público no es de nadie, como dijo Carmelilla Calvo. Este país no se merece la clase de políticos que estamos sufriendo. Algunos lumbreras hasta falsifican títulos universitarios, usan el Falcon para ir al concierto de The Killers, el AVE para ir a los toros a Granada y un largo etcétera. Y mientras, dicen que no hay dinero para otras cuestiones más urgentes y necesarias. Por favor, sean serios, déjense de hacer el gilipollas y reduzcan la plantilla de cargos públicos y políticos. Menos gastos desorbitados en lucecitas de Navidad.