No entiendo que el señor Miguel Izu, que, según su artículo, tenía conocimiento desde hace años del vicio crónico de los gobiernos forales de transformar un Acto Administrativo en una Disposición General, no hubiese denunciado dicho cambalache y evitar, ahora, por ejemplo, el tumba-miento por el TSJN del programa Skolae, y con cuyos contenidos pedagógicos él, el señor Izu, está de acuerdo.Además, el señor Izu, experto en lectura de boletines oficiales de Navarra por su trabajo, seguro que en su día tuvo conocimiento exacto antes que nadie de la “metedura de pata” que estaba cometiendo el Gobierno de Navarra, que era, además, de su afinidad política, pero que, paradójicamente, no le avisó de lo que podía pasar. Porque, si lo sabía y no dijo nada, él, como jurista que es, estaba dejando pasar una irregularidad que traería malas consecuencias públicas, además de ser una pésima práctica administrativa, contra la que él, dada su escrupulosidad, tendría que haberse rebelado desde el primer momento.Y lo mismo pudo haber hecho con los responsables del programa Skolae, haciéndoles ver qué curso jurídico debía seguir el programa para convertirse en una disposición general y no en un mero trámite administrativo, pues era lo que cabía esperar dada las malas prácticas del Gobierno en pleno. O, quizás, sí. Quizás el señor Izu sí denunció este caso y otros anteriores, pero las altas instancias administrativas o jurídicas pasaron de su advertencia o, por el contrario, daba por hecho que, al tratarse de un vicio crónico de la administración, este se había convertido ya en virtud contra el que nada se podía hacer.Al final, la decisión del TSJN, correcta en cualquier caso, la han alimentado personas del gobierno anterior y expertos fuera del gobierno que, teniendo un conocimiento exacto y escrupuloso de las diferencias y alcances existentes entre actos administrativos y disposiciones generales, no hicieron lo que estuvo en sus manos para evitar el actual descalabro.Claro que si Skolae hubiese tenido contenidos educativos tomados de la ultraderecha más rancia, esta en modo alguno habría presentado recurso alguno contra dicho programa. La hipocresía de la derecha es consustancial a su ideología. De hecho, y siguiendo la denuncia del señor Izu, que asegura que dictar normas administrativas como si fuesen disposiciones generales es vicio crónico de los gobiernos coyunturales habidos y ya no sabemos si por haber, ¿por qué esta ultraderecha no ha presentado sus correspondientes recursos contra ellos por un defecto de forma?No hay que darle más vuelta a la tortilla. A la ultraderecha, le joden los defectos formales cuando sus contenidos le hacen trilita en su cerebro tan reaccionario como cínico. Si no, ¿por qué su actitud persiguiendo los contenidos de Skolae? Al fin y al cabo, ¿por qué apelar a un defecto formal, si tales contenidos, que es lo que importa, se hubiesen aplicado siguiendo el cauce administrativo o con la vitola de tener la categoría de una disposición general? El fondo pedagógico aplicado sería idéntico. Seguro que esta derecha ultramontana de Navarra no habría presentado recurso alguno contra un programa educativo por un defecto formal, si sus planteamientos respondiesen como calcomanía a los establecidos por el arzobispa do, pongo por caso.