Por fin, y ya tardaba, tenéis delante de las narices lo que está dentro de vuestra casa. De modelo mundial, del que presumíais, a basura bananera de pueblo cutre. Aunque las repúblicas bananeras tienen la dignidad de la selva y de los pueblos indígenas. Vosotros os habéis cargado todo lo que os ha venido en gana en nombre de la civilización, cultura y democracia. Todo mentira, porque la razón es el capital, el dinero. Y no lo digo para regodearme. Lo siento en el alma, porque sigo pensando seguís siendo un gran país con mucha gente honesta; pero como todo el mundo, tarde o temprano, termina encontrando la horma de su zapato. A vosotros os ha llegado el momento, que ya era hora. Os estáis paseando por el mundo como si fuera vuestro y donde deberíais poner ojo avizor y el bisturí es en vuestra propia casa. Siempre recuerdo cuando le preguntó a una señora joven un cineasta gordo (que fue a Suecia a hacer un reportaje) si se iría a vivir o a trabajar a EEUU; y ella contestó: "No iría ni aunque me pagaran, porque no respetáis a la gente". Lo mismo pienso yo y muchos; aunque aquí, en la Europa auto llamada democrática, tampoco estamos para echar cohetes. "Beste lekutan ere, zakurrak oinusik ibiltzen dira." En otros lugares, los perros también caminan descalzos.