Sólo pude empezar esta carta dando las gracias a todo vuestro equipo, sin dejarme a nadie, por vuestra dedicación, cariño y acompañamiento en los momentos más difíciles de este proceso.Han sido 7 meses intensos, con noticias duras al principio, pero esclarecedoras y, cómo no, necesarias para conseguir el objetivo. Su diagnóstico inundó nuestras vidas el pasado septiembre, fue una gran losa sobre nuestros hombros, fue la piedra que cegó el túnel y no dejaba pasar la luz a nuestros pensamientos sumergidos en el desconocimiento de un diagnóstico nuevo e inquietante que no nos permitía avanzar. Sólo el pensar en el futuro de nuestro hijo nos angustiaba tanto que no conseguíamos conectar con él.En estos 7 meses lo habéis conseguido, habéis logrado que mi hijo se conozca, se acepte, vuelva a ser parte de la sociedad, supere sus miedos, sus angustias, sus crisis, sus limitaciones y, sobre todo, conozca sus posibilidades. Habéis conseguido que las huidas a su mundo interior sean percibidas por nosotros como parte inherente de su forma de ser, habéis conseguido que toda su familia lo aceptemos como es, entendamos un poquito más su manera de sentir la vida. Nos habéis enseñado a acompañarle en sus vivencias con el amor que él necesita, sin cuestionarnos los motivos de su forma de responder a la vida.No quiero desaprovechar estas líneas para agradeceros vuestro trabajo en equipo, donde la palabra multidisciplinar toma un gran sentido, cada uno de vosotros ha desempeñado una gran labor con mi hijo y eso nunca se nos olvidará. Pero no puedo obviar la relación tan personal que hemos vivido con dos personas de este grupo, Susana (enfermera) y Carmen (psicóloga clínica), en las cuales mi hijo y yo hemos encontrado dos pilares fundamentales para conseguir que este proceso nos ayudase a vencer nuestros miedos. Con vuestras llamadas, vuestros consejos terapéuticos, e incluso con vuestros silencios cuando no había cabida para más, habéis logrado ser nuestro soporte en cada momento.Susana personalmente debo agradecerte el cariño, la dedicación y el tesón que has invertido en este nuestro proceso tan arduo y angosto que hemos vivido estos últimos meses. Siempre he defendido la labor de la Enfermería en todos los ámbitos de la salud, pero esta dura experiencia vista desde el otro lado me ha demostrado la importancia de la Enfermería de Salud Mental, el valor intrínseco de esta nuestra profesión cuando la vocación, la sapiencia y las buenas prácticas hacen que el desempeño de la misma sea magistral. Sí magistral, porque tu labor para con nosotros ha sido encomiable, porque no has dejado ni un momento para la improvisación, porque nos has tratado como a un todo durante todo el proceso, porque has cuidado de la salud mental de mi hijo pero también de la nuestra, porque tu plan de cuidados ha sido integral e integrador, y porque si además lo adereza con vuestro cariño, tenemos la receta del éxito.Para terminar sólo pediros una cosa: seguid como hasta ahora porque con vuestra labor nuestros niños están seguros.Gracias de una madre de un niño feliz.