Peccatum beneficentiae potius quam severitate, mejor pecar en indulgencia y generosidad que en severidad. Definitivamente les indultaremos. No queremos cargar con ningún dolor de conciencia. Ningún futuro luminoso puede arrastrar rencor a sus espaldas.

Les indultaremos sí, les perdonaremos que una y otra vez desoyeran el clamor del pueblo catalán que quería resolver pacíficamente un conflicto ancestral.

Les perdonamos las porras que cayeron sobre las espaldas inocentes, los golpes a unas almas cívicas, no violentas, que sólo querían meter un papel en una urna.Les perdonaremos por los juicios eternos, por la prisión más larga aún.

Perdonaremos cuando impidieron ver al padre nacer al hijo, a la abuela disfrutar de sus nietos, cuando atragantaron el turrón de las Navidades... Indultaremos el engreimiento de unos togados por encima del bien y del mal, que en un momento cayeron en el mayúsculo error de creer poder disponer de la libertad de unos hombres y mujeres honrados.Perdonaremos la intransigencia antigua, el centralismo y la imposición, pero, por favor, vamos a construir ya un mundo solidario, un futuro en que ninguna persona se imponga sobre otra, ningún pueblo sobre otro.

Vamos a levantar un Estado asentado en sólida democracia, aireado por plena libertad. Vamos a cimentar un mundo en que la unidad sea sólo fruto de la libre asociación de las partes, jamás del ordeno y mando.

No deseamos pecar de orgullo y soberbia. Simplemente no entendemos cómo ha barajado los papeles una historia despistada, por qué unos jueces y otros juzgados, por qué unos en el estrado y otros en el banquillo. El pasado controvertido que lo juzgue arriba una justicia centrada y ecuánime, nosotros/as nos arrancaremos en un nuevo futuro.

No perdamos el tiempo. Les vamos a indultar. Vamos todos a trabajar de verdad. Tenemos que volver a generar mutua confianza, tenemos por levantar un mundo de ciudadanos iguales, una tierra de hermanos.