Somos padres de tres niños, dos de ellos en Primaria y el último todavía en Infantil. En los últimos meses, algunas asociaciones de familias se han expresado a favor de la jornada partida. Nosotros no nos sentimos en absoluto representados por esa opinión: creemos que la jornada continua es claramente mejor para nuestros hijos y, además, atendiendo a lo que se habla en patios y columpios, diríamos que hay muchas otras familias que también la prefieren.Conocemos los argumentos que aducen quienes defienden lo contrario. Pero, cuanto más escuchamos esos argumentos, más nos parece que no se basan en el interés directo de los menores, sino en otros aspectos organizativos que, a nuestro juicio, deberían quedar relegados a un segundo plano. Es decir: poca gente hay que defienda que para los niños es mejor la jornada partida. Está bastante asumido que la continua les resulta más beneficiosa en todos los sentidos: más motivación y concentración durante las clases, mejor organización del tiempo para realizar las tareas, más horas para estar con su familia, para jugar, para descansar... El día les cunde mucho más. Y los protagonistas de este debate son ellos.Es fácil comprender que en algunas casas el cambio pueda parecer complicado, porque los horarios se modifican un poco. Sin embargo, conviene recordar que los centros que optan por la jornada continua ofrecen una serie de servicios (comedor, extraescolares) que garantizan al alumnado la posibilidad de permanecer en el propio centro hasta mucho más allá del fin de las clases. En otras comunidades autónomas como La Rioja, el cambio se ha ido produciendo de manera más veloz que aquí y la sociedad se ha adaptado sin mayores problemas. Esta etapa del coronavirus está siendo dura. Pero -seamos positivos- también nos ha dejado algunas cosas buenas. Es cierto que, desde el punto de vista académico, el confinamiento fue complicado; pero, tras él, hemos tenido la suerte de disfrutar de un curso de jornada continua. Nosotros lo vemos claro: nuestros hijos no han aprendido menos y sí han estado mejor. Ahora que hemos dado un paso adelante, ¿de verdad nos interesa retroceder?