Vaya por delante que me vacuné voluntariamente y que entiendo que se implanten normas que intenten reducir los contagios para reducir las muertes y hospitalizaciones.Lo que no comparto es que se tomen medidas de una eficacia escasa, máxime cuando afectan a derechos individuales y/ o colectivos que conllevan unas consecuencias graves.Los políticos deberían de tener más cuidado con las medidas que toman por las consecuencias que puedan tener en el presente y en el futuro. El pasaporte covid ha demostrado que no garantiza el que entre en un espacio cerrado y no me pueda contagiar, y lo único que está consiguiendo es estigmatizar y restringir derechos a la población que por el motivo que sea (tiene derecho a ello) no lo tiene.Las vacunas no están siendo todo lo efectivas que se decían (efectividad y evitar contagios), lo que lleva a la población a desconfiar de los mensajes que se transmiten.Me parece vergonzosa y peligrosa la campaña mediática que se realiza en contra de las personas que han decidido no vacunarse. Ya se miraba mal y se evitaba a los asiáticos al principio de la pandemia y ahora a los no vacunados (adultos y niños). Para ir al centro educativo, ¿se les va a pedir pasaporte o se les va a poner en una clase aparte a los niños?A esto añadir medidas contradictorias que la población no entiende: centros comerciales y grandes tiendas repletos y hostelería con numerosas restricciones por poner un ejemplo.En muchos casos priman las razones económicas sobre sanitarias, pero se venden como estás últimas. Por último, y para no alargarme, el riesgo de vulnerar la ley y los derechos fundamentales y constitucionales (como ya se ha demostrado en varias sentencias) en una democracia es un grave peligro para ella misma, pues crea precedentes que nos pueden acarrear serias consecuencias en un futuro.