La eternidad de las cosas diarias. Como hacen los artistas, los que están tocados de la magia del sentir, ver, imaginar, musicar, dar color y línea, dar sombra y luz, como las fotografías del espacio, supuestamente infinito, en expansión, superior a nuestro entender. Eternizaría tantas cosas de tocar, ver y oír, que me quedaría solo en el universo del arte. Me gustaría encontrar ese punto de referencia para colgar todo lo que me parece hermoso, que como está claro, soy un negado para la pintura, música y sobre todo escultura, que es lo que me gustaría, me tengo que limitar y contentar con la engañosa eternidad actual, que es internet y la página web de mi pueblo, donde me dejan, por el momento, decir lo que pienso. Menos da una piedra. Lo feo y crápula prefiero digerirlo solo. Es por eso que tengo el estómago a prueba de bomba: no soy periodista de profesión ni político. Me despacharían de todos los sitios. Prefiero seguir buscando ese punto infinito de la eternidad, sabiendo que es pura imaginación. Os lo seguiré contando. Empieza la brisa de la tarde.