¿Es casualidad que aquellos elementos colocados en las vías públicas de nuestros pueblos, en nuestros montes, en nuestras ciudades, y que de una forma o de otra están homenajeando a personas o situaciones que en diversas circunstancias han luchado por una mayor libertad para este pueblo, estén financiadas, en su mayor parte, por iniciativas populares? Ahí tenemos los distintos recuerdos, ya sean desde los sencillos “tropezones” en el suelo de Iruñea colocados por AFFNA, en recuerdo a los fusilados/asesinados en el 36 o el gran monumento a los Fueros del Paseo de Sarasate. En cambio, aquellos otros que significan una merma de las libertades no han tendido problemas para su construcción. Sólo como ejemplo, el monumento a los llamados “Caídos” y la estatua de San Ignacio de Loyola… o el monolito a Roldán en el puerto de Ibañeta.

Dos de los monumentos levantados por iniciativa popular han estado de actualidad en estos dos últimos años. Por una parte,el pasado 2020, el Monumento a la Batalla de Noáin, en Salinas de Pamplona-Getze y el Monolito de Amaiur en este 2021, ambos levantados en distintas épocas en recuerdo a dos hechos sucedidos hace ahora 500 años. Y en ambos se recuerda la pérdida de la independencia de este reino de Navarra a manos del ejército castellano, sin olvidar que una parte del mismo siguió siendo soberano otros cien años más. Y ambos de una forma u otra han sufrido los ataques de aquellos que pretenden seguir ocultándonos la historia a duras penas recuperada.

El monumento de Jose Ulibarrena a la Batalla de Noáin, sufre la desidia de nuestras “autoridades”. Se están erosionando los cimientos del guerrero y la pelota de su mantenimiento está en el reconocimiento del mismo como un lugar de memoria por parte del llamado Gobierno de Navarra. Ese reconocimiento supondría la obligación de su mantenimiento y evitaría que esa “bomba de relojería” colocada en su base en forma de erosión, termine con el mismo. Es un monumento que les “duele” y ahí está la postura de la extrema derecha, que lo ha ocupado en dos ocasiones, “celebrando” que las tropas castellanas diesen muerte a cientos (miles hablan algunas fuentes) de navarros que lucharon defendiendo la independencia de Navarra. La otra derecha de este país prefiere pasar de puntillas y olvidarse del tema…, es muy comprometido para aquellos que hablan de ser “navarrísimos” y de “sumar” tener que asumir que fuimos conquistados e incorporados por la fuerza al actual Reino de España.

El monolito de Amaiur, primero, según cuenta el historiador Aitor Pescador, fue “resignificado”, colocándole en una de las esquinas, la orientada hacia Iparralde, un escudo del Reino de España, y posteriormente fue destruido por una explosión. También ha “sufrido” en alguna ocasión la ocupación por parte de los “navarrísimos” citados anteriormente, colocando en la falda de la colina una bandera de la Comunidad Foral de Navarra, que no la de Navarra. La voluntad popular, a través de, inicialmente la asociación Amaiurko Gaztelua, el Ayuntamiento de Amaiur y el trabajo de campo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha conseguido su reconstrucción y la recuperación de las ruinas del castillo, testigo de uno de los focos de resistencia a la conquista castellana.

Pero hoy quiero escribir de dos “no monumentos”. Y digo “no” monumentos por la sencilla razón de que no existen… ¿Que cuáles son? El primero que echamos en falta es un monumento/recuerdo a la destrucción de las murallas en el año 778 por las tropas de Carlomagno. Este hecho, tan ocultado y tan olvidado, tuvo en su momento una gran repercusión histórica. Tanta que, el hecho, como digo desconocido para la mayor parte de la ciudadanía de este país, es digno de figurar en el mausoleo de la Catedral de Aquisgrán donde está enterrado el citado Carlomagno. Fue el detonante de la posterior batalla de Roncesvalles, germen, según los historiadores, del Reino de Pamplona, posterior reino de Navarra. Para subsanar este “olvido” se ha solicitado al Ayuntamiento de esta ciudad que coloque una placa conmemorando el hecho… Sería muy significativo que el año 2024, a la vuelta de la esquina, hubiese un lugar digno donde recordar el 1200 aniversario de la creación del Reino de Pamplona. Y por ello ello volvimos a juntarnos este jueves, 11 de agosto, a las 7 de la tarde, en el Baluarte de El Redín, para hacer nuestro pequeño homenaje y recuerdo de este hecho histórico.

Y el otro “no monumento” está a punto de ser una realidad. Es el Monumento a la Batalla de Orreaga monumento que, a base de aportaciones populares, el apoyo del Ayuntamiento de Luzaide y una pequeña colaboración institucional, Orreaga Fundazioa colocará próximamente en el mismo Luzaide/Roncesvalles. El mismo vendrá a llenar un gran vacío en la memoria histórica de este pueblo, colocando en su lugar un hecho histórico tan tergiversado y lleno de leyenda. La obra del escultor Patxi Aldunate será, no tenemos la menor duda, un lugar de referencia y de encuentro para los amantes de Nafarroa y de su soberanía. Mientras tanto, nos volveremos a juntar este 15 de agosto, a las 12 del mediodía, en las puertas de la Colegiata de Roncesvalles y a las 13:30 en el alto de Ibañeta, para rendir el anual homenaje que esta fundación hace a las personas que lucharon en la citada batalla. Estais tod@s invitad@s.

Orreaga Fundazioaren presidentea