En Jerusalén Este se estaría produciendo una operación de limpieza étnica cuyo penúltimo episodio sería la proyectada expulsión forzosa de los habitantes palestinos del barrio de Sheikh Jarrah y su ocupación por colonos israelíes. Así, hemos asistido con el silencio cómplice de los gobiernos occidentales a la expulsión sistemática de sus primitivos habitantes palestinos que en 1967 representaban casi el 98% de la población total y su sustitución por colonos judíos que ya alcanzarían el 55% de la población de Jerusalén en el 2021.

Netanyahu ha defendido siempre el derecho del pueblo judío a construir en Jerusalén y en el supuesto de formar un nuevo gobierno con ultraderechistas y ultraortodoxos, la limpieza étnica se acelerará hasta quedar los palestinos reducidos a la nimiedad de un 10%.

Asimismo, Belfast, Berlín, Nicosia, Mostar y Ceuta serían paradigmas de ciudades divididas por razones étnicas, religiosas o políticas. De ellas, solamente Berlín habría conseguido reunificarse superando el conflicto que afrontaba y siendo capaz de eliminar el muro real y virtual que separaba sus dos mitades quedando el resto de ciudades citadas como distopías en pleno siglo XXI.