Les voy a contar este cuento que queda un poco anacrónico porque no estamos en Cuaresma sino en Navidades. Pero espero les resulte igual de divertido.

Los mandamientos de la Iglesia indicaban, y lo siguen haciendo, cómo hay que pasar la Cuaresma, haciendo ayuno y abstinencia. El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, con desayuno y cena suave o líquida, una frugal colación, había y hay que comer como dos onzas (de chocolate, de Malkorra; así lo indicaban los curas) y la abstinencia consiste en no comer carne.

Pero esos mandamientos trajeron una desazón a los euskaldunzarras de Leizaran y restantes zonas de habla vasca porque en euskera hontza significa lechuza.

Así que los párrocos y los parroquianos quedaban atónitos y perplejos ante semejante mandamiento y decían -¿tanto hay que comer para ayunar? ¿Cantidad como una lechuza?